COMPLETAMENTE ABIERTA A TÍ

ALINA

--Vamos papá, tú puedes—Animo a mi padre que se ha quedado unos 10 pasos lejos de mi posición con la manos en las rodillas Nos encontramos próximos al lugar que quiero enseñarle, pero es difícil ya que en todo el camino hicimos alrededor de 5 paradas que nos retrasaron y con está ya sumarían la cantidad exacta de 6. 

No entiendo cómo puede estar en forma cuando todo el tiempo se encuentra encerrado en cuatro paredes a las que suele llamar “oficina” y nunca lo he visto estar en un gimnasio alzando alguna de esas pesas de casi 500Kg o corriendo en esas caminadoras que se utilizan en cualquier lugar de esos. 

Y dudo que utilice esos famosos “Esteroides” que lo único que logran hacer es formarte grandes bolas de masa muscular dándote apariencia como el hombre de “The Fantastic” que se transforma en varios montículos de roca a la hora de luchar. 

Pero mi padre no es ni por asomo idéntico a esas personas, el de hecho es el “Suggar Daddy” perfecto como varias chicas lo han mencionado, y a pesar de ser mi padre debo darle el mérito porque el en realidad si es atractivo su piel color canela destaca con sus ojos color miel, su cabello que a pesar de la edad no cuenta con ninguna de esas diminutas canas y su altura de casi 1.80 de alto favorece a su cuerpo tonificado. 

Una buena razón por la que se enamoró perdidamente tu madre  Sí, no hay duda...

--Por todos los cielos Alina… ya no puedo dar un paso más—Su respiración es irregular así que me devuelvo para poder pasarle la tercera botella de agua que ha bebido durante el día

--Descansa un poco, no quiero que tengamos algún problema—Toma la botella y de un solo sorbo se la termina.

Puedo ver el sudor correr por su frente a grandes cantidades, ¿Cómo es posible sudar de esa manera?

--¿Acaso me estas llamando viejo? –Pregunta mirándome con los ojos entrecerrados

--No, solo digo que es mejor no ahogarnos demasiado ya sabes para poder tener un buen día, además ¿Te has visto en un espejo papá? No eres para nada viejo—Él sonríe mientras toma asiento en la roca que hay a mí lado derecho

--Tienes razón, aún me conservo a la perfección

--Que modesto eres—Me burló de el recibiendo a cambio una mala mirada de su parte-- ¿Podemos continuar? En serio deseo que veas este lugar

--Bien princesa, vamos a ver ese lugar especial para ti—Se levanta de la roca y me tiende la mano para que la tome 

--Oye papá tengo una pregunta, ¿Cómo puedes estar en forma, pero agotarte con solo subir una pequeña colina? —El deja de caminar para verme fijamente como cuando era una pequeña niña que hacía alguna travesura 

--¿Qué quieres decir con eso? —Interroga con su voz un poco más fuerte

--No es nada malo papá, solo quiero saber cómo lo haces, quiero tu secreto para estar en forma así con eso yo también puedo hacerlo—Enarca una de sus perfectas cejas mientras que yo trato de desviar mi mirada a un hermoso árbol con flores rojas y amarillas.

Recuerdo que la primera vez que vine el aroma que desprendían las flores era la combinación entre vainilla y coco, un olor demasiado dulce y atrayente.

--Alina por todos los cielos, como puedes preguntar eso. ¿Acaso me has visto bien? O ¿Exactamente qué es para ti estar en “forma”? —Hace comillas al aire con sus dedos mientras su mirada sigue fija en mí—por que te aseguro que no estoy en forma como dices verme de hecho podría hacerme pasar por una pelota 

--¿Es en serio? Papá no estás ni cerca de parecer una pelota tal parece que monte haz visto bien al espejo pero bueno dejemos el tema de lado y continuemos con nuestro camino 

El suspira fuertemente para después darse la vuelta y caminar a pasos cortos y lentos.

Sin esperar más lo sigo posicionándome a su lado mientras me cuelgo de su brazo y el solo sonríe. En el resto de camino solo nos mantenemos observando el alrededor, mi padre lo observa con curiosidad al ser la primera vez en venir y yo lo observó con nostalgia al recordar la enorme sonrisa que se dibujaba en los labios de mi madre y aquel brillo que resplandecía en su hermosa mirada azul. 

No tardamos mucho en caminar cuando le pido a mi padre que gire a la izquierda adentrándonos en el maravilloso lugar. 

--¿Te gusta? Este era el lugar que ansiaba que conocieras—Mencionó mirando fijamente la hermosa cascada de aguas cristalinas

--Es mucho más que gusto corazón, este lugar trae consigo la calma que todas las personas necesitan y que se niegan a buscar—Giro mi rostro para verlo observando con maravilla nuestro lugar

--Sabes, mamá conoció este lugar y se volvió su favorito—Sonrío con nostalgia recordando a mi madre—la primera vez se lo enseñe al tener dieciséis y la segunda y última vez fue dos días antes de encontrar aquellos papeles en su bolso, el lugar le encantó tanto que quiso que te lo enseñará algún día, pero estaba segura de que no vendrías a un ambiente que no es el tuyo.

--¿Por qué nunca me enteré de que tu madre vino a este lugar? ¿Y a que te refieres con un ambiente que no es el mío? —Pregunta con el ceño fruncido y una media sonrisa dibujada en sus labios

--Primero mamá quiso que lo guardáramos como un secreto pero aún así deseaba que viniésemos todos juntos en familia y segundo cuando nos referimos a tu entorno quise decir que a ti nunca te gustaría los lugares naturales los cuales implican escalar, estar rodeado de plantas, mosquitos, aves y otros animales más bien eres de los que prefieren la ciudad y todo aquello que representa el bullicio de ella 

--Pero que gran mentira. Aunque no lo parezca para mí todo aquello que representa lo natural es fascinante así que este también es mi “entorno”—Responde sin dejar de mirar la cascada--.Debo admitir que me habría gustado venir junto a mis dos mujeres favoritas y poder disfrutar de esta maravillosa vista. 

Mis ojos se nublan ante las lágrimas acumuladas y al parecer mi padre se da cuenta de ello porque lo único que hace es tomarme en sus brazos y besar mi cabeza.

Me aferró a él como si mi vida de pendiera de ello y sin más nada que decir solo observamos la grandiosa vista frente a nosotros.