--Très bien M. Dubois, nous nous reverrons dans un mois pour régler tous les documents. (Muy bien Sr. Dubois, nos volveremos a encontrar en un mes para arreglar todos los documentos.)-Pronuncio en un perfecto y claro francés a mi socio el señor Mark Dubois
--Et avant ton arrivée j'aurai les documents prêts pour alléger un peu plus les choses (Y antes de tu llegada tendré los documentos listos para aligerar un poco más las cosas.)-Asiento con la cabeza. No es mala idea el que avance con los documentos para esa construcción, de hecho, sería una gran ventaja así con ello el día de mi llegada solo tendré que revisarlos una vez más y poner mi firma-. Eh bien M. De Luca, c'est tout pour aujourd'hui donc si vous me le permettez, je dois dire au revoir (Bueno, Sr. De Luca, eso es todo por hoy, así que si no le importa tengo que despedirme.)
--Bien sûr M. Dubois, bonne journée (Por supuesto Sr. Dubois, tenga un buen día)- Terminó la videoconferencia de la cual estoy satisfecho, tal parece que debo hablar con mi cuñado para que se quede a cargo durante un mes de la empresa para asegurarme de que todo esté en orden. Aunque la idea de tener que irme y dejar a mi pequeña sin tener idea aún de quién mierda la sigue me jode, no puedo simplemente irme y dejar que corra peligro.
Llevo casi cuatro semanas hostigando a mis mejores investigadores para que me den algún maldito dato sobre la persona que la sigue y aunque hace unos cuantos días aumente su seguridad no me es suficiente, nada me asegura que no corra peligro mientras no esté en el país.
--¿Señor?-La voz de Támara por el intercomunicador me saca de mis cavilaciones. Giro mi rostro para presionar el botón mientras aclaro un poco mi voz para responderle
--¿Qué sucede Támara?-Pregunto con mi dedo aún en el pequeño botón y mi mirada en unos cuantos papeles que debo revisar
--Es que hace unos minutos Melanie la recepcionista me informo de la presencia de una joven a la que le urge poder hablar con usted- ¿Una joven? ¿Qué joven vendría a verme?
--¿Sabes el nombre de la joven?
--Sí señor, dijo que se llamaba Alina... Alina Mancini-¡Mierda! ¿Qué hace mi pequeña aquí?-¿Y bien señor?
--Déjenla pasar, es la hija de mi socio-Respondo a la vez que retiro mi dedo del botón del intercomunicador. Tendré que hablar seriamente con Maxwell para que me informe a la próxima que Alina venga de nuevo a la compañía.
Los golpes suaves en la puerta me indican que ya a llegado, removiendo mi cuerpo en mi silla de cuero negro y aclarando mi garganta pronunció un fuerte y claro «Pase» que le da permiso a una hermosa mujer vestida con unos sencillos vaqueros en color negro y una camisa suelta en color crema. Su calzado son unas sencillas zapatillas Nike en blanco y su cabello recogido en una coleta alta me permite observar su lindo y delicado rostro sin ninguna gota de maquillaje lo cual la hace lucir perfecta.
Con sus bellos ojos examina cada rincón de la enorme oficina hasta dejarlos puestos en los míos y sin alejarse de la puerta la veo removerse algo incómoda.
--Señorita Mancini, que gusto tenerla en este lugar, por favor tome asiento-Con mi mano señaló la silla frente a mí escritorio aún sin apartar la mirada de ella
Alejándose lentamente de la entrada se va acercando con la cabeza baja al lugar que acabo de señalarle. Verla actuar de esa manera tan tímida me causa tanta ternura al punto de querer acercarme a ella y abrazarla como lo hizo ella en la fiesta de mi madre.
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COMPLETAMENTE ABIERTA A TÍ
De Todo"Todos queremos lo que no se puede, porque somos fanáticos de lo prohibido" Esa es una de las frases que tiene demasiado sentido para el sexy y poderoso Leonardo De Luca. ¿Quién pensaría que el hombre más sexy y millonario está obsesionado con una h...