ALINA

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Todo ha ido de maravilla, y aunque hubiese deseado llevar a mi padre a otro lugar más, está noche no podría quejarme, la pequeña ¿Reunión? A la que hemos sido invitados es muy calmada y relajante. 

Nunca me habían invitado a un cumpleaños, por muy raro que parezca siempre preferí mantenerme en mi habitación leyendo algún buen libro o algún poemario, además nunca conté con alguna amiga que me invitase por ello estoy feliz de encontrarme aquí.Debo admitir que la persona que realizó el trabajo como decorador lo ha hecho tan maravilloso que he pensado en pedir información y poder contratarlo para decorar la pequeña reunión que quiero hacerle a mi padre por su cumpleaños.

Algo que será nuevamente difícil sin la compañía y ese resplandor de alegría y amor que esparcía mamá por cada rincón o a cualquier lugar en el que estuviese presente.

--Te ves hermosa mi pequeña princesa—Bajo un poco mi cabeza para ver mi atuendo.

No es algo muy llamativo, solo elegí un vestido en color blanco de hombros descubiertos y mangas largas que convine con unos pequeños tacones en color negro.

--Gracias papi, pero no creo que me vea mejor que aquella chica—Señalo a una hermosa chica que se encuentra cerca a una mesa con varios aperitivos.

Ella luce un bello vestido en color vino que se ajusta a su hermosa figura de avispa, lleva unos tacones altos en color dorado y su lindo cabello castaño cae por sus hombros dándole vida a su perfecto rostro que luce un suave maquillaje natural.

--Es una completa tontería que te estés comparando con ella cuando es más que obvio que eres igual de bella y cautivadora como tu madre—Sonrío dándole un pequeño beso en la mejilla, y separándome al momento en que una dulce voz se hace presente

--Buenas noches señor Mancini, que bueno que haya aceptado la invitación—Una mujer de aproximadamente unos 50 o 53 años quien viste un hermoso conjunto de falda y saco color cielo nos sonríe de manera cálida

--Buenas noches señora De Luca, es un placer para nosotros el que nos haya invitado—Responde mi padre tomando la mano de la señora con delicadeza—, le presento a mi hija Alina—Sonrío mientras suavemente estrecho mi mano con la de ella 

--Mucho gusto señora  --Deja el señora de lado corazón, de ahora en adelante solo llámame Rose ¿Estamos? —Pregunta con su enorme sonrisa, por mí parte solo asiento con la cabeza sin dejar mi pequeña y tímida sonrisa de lado  

Aquí es donde me pregunto, ¿Por qué no he conocido a ninguna de mis abuelas? ¿Por qué mamá o papá nunca me hablaron de ellas? Tal vez si las conociera podría ir cada día con ellas y pasar tiempo juntas y hacer todas aquellas cosas que hacen las abuelas con sus nietos.

¿Acaso hay algo que no me hayan querido decir? Tal vez en algún otro momento pueda hablar de ello con mi padre, aunque será una tarea difícil de hacer.

Mi padre es un hombre ocupado y más ahora que debe realizar un nuevo proyecto con el señor De Luca quien por cierto aún no hemos visto.

¿Acaso lo extrañas?
¿Qué? ¡Claro que no! Solo lo digo porque se trata de una reunión en su casa y debería de atender a los invitados
Aja, tú dices eso y yo tengo un cuerpo propio.
¡Dios! Para ser parte de mi eres muy irritan….

--Leonardo, hijo ven a saludar—La dulce voz de Rose llamando a su hijo me hace dejar de lado mi pequeña discusión y mover la cabeza un poco para dejar de lado mí voz interna 

¡Increíble, discutir conmigo misma me da tanta gracia!

--Buenas noches señor Mancini—La fuerte y varonil voz del señor De Luca junto a su masculino perfume se hacen presentes logrando que mi mirada se centre en él y examine el como luce 

COMPLETAMENTE ABIERTA A TÍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora