ALINA

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¡Dios, que acabo de hacer!  

¡Esto no es correcto! ...¡Esto no debía suceder!… ¡Todo esto está muy mal! 

¡El es el socio de mi padre y un hombre mayor! 

--¿Ahora como podré mirarlo a la cara? ¿Por qué deje que aquello pasará? —Miro mi rostro en el espejo frente a mí, y todo lo que acaba de pasar vuelve a mi mente  

La plática en el jardín, el recuerdo de mi madre y… ¡Por todos los dioses! El momento en que lo abracé y el…el…el ¡Beso!  

Muevo un poco mi cabeza a los lados para deshacerme de todo el lío que hay en mi cabeza. ¿Qué haré ahora? Ese beso no fue correcto, ¿Y que pasaría si su esposa se llegase a enterar? Estoy segura de que el problema aumentará mucho más y lo peor ¿Y si alguien nos vio y le cuenta a mi padre?   

¡Genial Alina Mancini, seguro que estarás muy pronto tres metros bajo tierra!  

--¿Hay alguien ahí? —Doy un salto al momento en que escucho los golpes en la puerta y la voz de una mujer del otro lado  

--Eh…sí, en un momento salgo—Abro el grifo, juntando mis manos tomo un poco agua y con ella lavo mi rostro, por suerte hoy no decidí agregarme ni una sola gota de maquillaje. 

Cierro el grifo con una de mis manos al tiempo que con mi mano libre tomo una pequeña toalla de color rojo para limpiar mi rostro, doy una última mirada a mí aspecto en el espejo y sin más giro la perilla con los nervios nuevamente apoderándose de todo mi cuerpo. 

--Yo…lamento la tardanza—Me disculpo con la mujer con la que me “comparaba” cuando llegamos hace unas horas. Ella me sonríe sin tomarle mucha importancia al tiempo que llevo allí metida  

--Oh, no te preocupes, muchas personas necesitan un tiempo a solas, aunque eso implique tener que meterse a un baño—No soy capaz de articular alguna palabra así que solo sonrió mientras me alejo del lugar  

Trato de relajarme un poco, pero todo se vuelve un caos en mi interior cuando lo veo hablar con un grupo de hombres donde se encuentra incluido mi padre. Luce como si no hubiese pasado nada, con su sonrisa perfecta gira su rostro dejando su mirada penetrante fija en mí. 

¿Cómo puede estar tan tranquilo, cuando yo me muero de nervios y vergüenza? 

Tomando el poco valor que recorre mis venas me acerco a ellos con pasos cortos y muy lentos, queriendo que todo aquello que acaba de pasar sea un mal sueño del cual pronto podré despertar.  

¿En que pensaba para dejarme besar?, ¿Por qué no lo aparte cuanto antes?, ¿Por qué me prometió que todo estaría bien? Tengo toda mi mente como un tsunami queriendo explotar mi cabeza. Nunca pase por una situación de este tipo, pero hoy tal parece que puse todo aprueba.  

Sin darme cuenta termino llegando a donde los hombres se encuentran hablando. Levanto mi mirada conectando la con mi padre quien me mira con una sonrisa y me guiña uno de sus ojos a la vez que toma un poco de champagne de su copa.  

Tratando de distraer mi mente decido poner mi atención en la conversación que mantienen. Tal parece que uno de ellos tuvo un problema con uno de los contratos ocasionando que estuviera a punto de perder la inversión con sus socios en España, pero por suerte logro solucionar el problema y mantener en pie su proyecto.  

--Y que hay de los inversionistas en Tokio señor De Luca, escuché que cerró un contrato para la construcción de un centro comercial—De reojo puedo verlo bebiendo un sorbo de su copa antes de responder  

--Hemos logrado un gran avance, tenemos planeado que después de la construcción del centro comercial empezaremos con la construcción de un casino en Turquía, pero antes debo arreglar unos cuantos asuntos importantes—Dejo de prestarles atención para mirar a la mujer que mira en nuestra dirección con una bonita sonrisa en sus labios pintados de un suave color.  

COMPLETAMENTE ABIERTA A TÍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora