LEONARDO

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--Hemos llegado pequeña— Su dulce e inocente mirada se aparta de la ventana permitiendo que sus iris azul cielo me observen atentamente.

--Gracias…el restaurante fue muy…elegante— Un pequeño sonrojo tiñe sus mejillas dándoles apariencia igual a dos manzanas.

--No es nada comparado con todo lo que te daré— Murmuro antes de tomar su rostro en mis manos—. Escúchame bien pequeña…siempre tendrás de mi todo lo que quieras, no importara qué tan enorme o imposible parezca obtenerlo. Siempre lo tendrás a tus pies.

Sus ojos examinan mi rostro como si tratase de buscar algo. Tomándola por sorpresa, la levantó del asiento dejando que ella vuelva nuevamente a estar sentada sobre mis piernas

Me gusta sentir el movimiento enloquecedor de sus caderas sobre mi polla. A pesar de que sea algo jodidamente doloroso, sus movimientos son tan hipnóticos que por ellos mando a la mierda el dolor y solo me fijo en ella.

Tan dulce e inocente, es todo lo contrario a lo que yo represento…es como un pequeño ángel…mi ángel.

--¿E-Esto es correcto? — Inquiere con su pequeña cabeza recostada en mi hombro.

Correcto o no, esto es lo mejor que nos puede ocurrir, ella por fin está aceptando nuestra cercanía y yo…por fin puedo sentir con cierta libertad lo suave de su piel o lo jodidamente delicioso que es el sabor de sus labios.

--Oh pequeña mía, eso tendremos que hablarlo en otra ocasión— La escucho dejar salir un suave suspiro— . Quiero saber una cosa mi pequeña… ¿No ha ocurrido nada extraño antes de los mensajes?

Remueve su cuerpo sin detener el vaivén de sus caderas sobre mi polla. Su pequeña cabeza se hunde en el espacio de mi cuello y con una de sus suaves manos comienza con caricias a una de mí mejillas.

--No señor, antes de la llegada de los mensajes todo iba…normal— Tomo su cintura para detener sus jodidamente tortuosos movimientos. No puedo permitir que siga, no cuando la polla me duele como el puto infierno—. L-Lo lamento

--¿Qué lamentas corazón? — Su rostro abandona mi cuello

Retiro un mechón de su rostro que acaba de abandonar su coleta. El roce de mi mano con su suave piel me enloquece

--Lamento…bueno yo— Sonrío viendo la mueca que forman sus labios al no encontrar las palabras adecuadas—, es difícil…yo creo que…lo mejor será irme

Niego levemente cuando su mirada se vuelve a conectar con la mía… ¡Me importa una mierda…no quiero tenerla lejos de mí!

--Creo que tendrás que esforzarte un poco más pequeña— Acerco mi rostro quedando a centímetros de sus rosados labios—, será difícil que te deje ir cuando ya me haz vuelto un adicto a tu boca

Una sonrisa brota de sus labios y antes de que pueda dejarla hablar, me apoderó de sus deliciosos labios. Presiono su cintura haciendo que uno de sus encantadores gemidos salga de sus labios.

COMPLETAMENTE ABIERTA A TÍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora