LOLLIPOP •| Baji Keisuke |•

LABIOS VENENOSOS

El camino al departamento del pelirosado fue lo suficientemente corto como para que la tormentosa lluvia no nos alcanzara. Al adentrarnos al edificio noté como el recepcionista estaba distraído jugando en su teléfono, por lo que no saludé, se veía bastante concentrado y embobado.

Por una falla eléctrica los elevadores estaban fuera de servicio, lo que equivalía subir hasta un octavo pido por las escaleras. Oí como Sanzu dio un suspiro al verme agotada por cada tramo que terminábamos de subir. Sin embargo, con paciencia esperaba a que recuperara mi aliento para continuar.

Cuando por fin llegamos, nos quitamos los zapatos en la entrada quedando sólo en medias. El chico señaló su cama indicando que me sentara en ella mientras el se dirigía a una de sus cajoneras buscando algo. A simple vista vi como sacaba y guardaba cajas pequeñas que seguramente eran de medicina.

-¿Tienes fiebre y dolor? -Preguntó prosiguiendo su búsqueda.

-Sí, pero más dolor, no me habría dado cuenta de la fiebre de no ser por ti. -Expliqué. En si en la enfermería me pusieron las vendas, no recuerdo que en ningún momento me dieran algún antibiótico o analgésico.

-Está bien. -Respondió dando pasos hacia mi extendiendo tres diferentes pastillas. – Una relajará tu dolor, otra una posible infección, no sé que te habrá sucedido y no te obligaré a que me lo digas, pero tu mejilla se ve bastante hinchada. -Es cierto, con el dorso de uno de mis dedos toqué la zona afectada y la inflamación era evidente. – Y la tercera es para que duermas bien. -Recibí las píldoras en mi mano notando sus llamativos colores. – En la mañana te noté cansada, no sé como pudiste mantener la cabeza en alto todo ese periodo. -Lo vi confusa, ¿De verdad se fijó en mi estado? – Iré por un vaso de agua para que las tomes. -Indicó dirigiéndose a la cocina.

Frotaba mis pies en el alfombrado piso en busca de que calentaran un poco mientras contemplaba como por la ventana la tormenta se engrandecía siendo acompañada por sonoros truenos y luminosos rayos.

Me pregunto si Ed estará bien, está sólo en casa, es un felino muy miedoso. Siempre que pasa el camión de basura se esconde bajo la cama y es un lío el que salga. Me gustaría decirle a Baji que decidí quedarme con él, me encariñé demasiado con esa criatura en corto tiempo.

-Ten. -Mis pensamientos fueron interrumpidos por la voz de Sanzu que traía un gran vaso lleno de agua en su mano. No tardé en recibirlo y tomar los medicamentos.

-Gracias. -Expresé dejando en vaso en su mesa de noche. Ascendí mis ojos a su semblante curioso. - ¿Sucede algo?

-Nada en especifico. -Emitió dando pasos hasta su armario. – No sabía que eras la ex novia de Mitsuya, ni si quiera sabía que lo conocieras, tal vez sí a Hakkai debido a que eres amiga de su hermana, pero más allá de eso... en ningún instante pensé que me estaba drogando con la adorada ex de Takashi. -Fruncí el ceño desorientada por lo ultimo dicho. – A fin de cuentas lo único que sabemos del otro es que música nos gusta, que cosas odiamos, que sustancias nos gusta que transiten nuestro sistema y conocemos nuestros alter egos. -Aquello lo dijo junto a una carcajada. – Es... curioso. – Sacó de su armario unos pantalones de pijama y una playera de una banda que no sé quien carajos podría leer el nombre, dejándola junto a mi. – Tu ropa está mojada, si no la cambias cogerás un resfriado. -Enfatizó lo dicho al final mientras encendía la pantalla de su móvil. Estaré en la terraza fumando un cigarrillo. Si quieres ve al baño y te cambias. Allí mismo esta la lavadora junto a la secadora, para que laves tu ropa. -Asentí extrañada por su amabilidad.

Fui hasta el baño deshaciéndome de todas las prendas a la vez que las introducía a la maquina dándole veinte minutos de lavado. Me di una corta ducha para entrar en calor procurando no tocar el vendaje. Posteriormente a eso me coloqué la holgada ropa que el chico me brindó. Minuciosamente observé que todo estuviera en su lugar antes de salir del baño.