YO DEJÉ QUE ME TRATARAS ASÍ

2K 229 171
                                    

NOTA DE AUTORA: Pido perdón si cometí algún error ortográfico ;-;
Si le gustó el capítulo, no duden en comentar lo que deseen y votar, eso de agradece mucho ♡




Los minutos pasaban y la tormenta parecía no detenerse por nada. Seguíamos recostados en la misma posición observando el rostro del otro. Sus facciones eran duras pero la expresión que poseía las tornaba lindas y suaves. Nuestras manos enlazadas fueron suficientes para que la taquicardia se mantuviera por todo este lapso. ¿Por qué me siento así? Una persona que a duras penas reconoce lo que siente, en esta situación estaría perdida; es exactamente mi caso. No tengo idea de que carajos siento.

No he estado con nadie además de Takashi, mas, a medida que uno crece los sentimientos van mutando. Por lo que no podría comprar lo que siento por Baji con lo que sentí con Mitsuya. Dudo que me guste, quiero decir... si me gusta, pero no de la manera que conllevaría a querer tener una relación, o al menos eso creo. Soy una imbécil en esto del romance. Todos me lo han dicho. Alguien podría decirme claramente que le gusto y lo interpretaría de una forma completamente distinta.

Si revisamos los puntos, esto no es nada más que un juego para ambos ¿No? A penas y nos conocemos, no puede ser nada serio. Tampoco creo que Baji me querría para algo concreto. Él es totalmente opuesto a mi. Cuando declaró lo de sus anteriores relaciones pensé que quizás...no, es una idiotez. El sólo hecho de pensarlo me hace quedar como una idiota. Nadie se enamora de alguien sólo por besarse. Joder, incluso después de terminar con Mitsuya, aproximadamente dos años después nos besamos un par de ocasiones sin significar nada que nos comprometiera a ambos.

Soy una idiota, una gran e incorregible idiota.

Tampoco es que haya pensado en como sería tener algo más allá con Baji. No es algo que me haga sobrepensar. No he estado interesada en estar con alguien en todo este tiempo. Sin embargo esta situación me hace perder la cabeza por algunos minutos.

Arrugué en ceño quitando mis ojos de su rostro. Sea lo que sea esto, lo llevaré con normalidad, no me haré ideas sin sentido. Pocas veces he sentido el corazón roto, y como me han contado tanto Hina y Emma, cuando es por una falsa ilusión, duele más.

-¿Sucede algo? - La grave voz del pelinegro me sacó de mis pensamientos. - ¿Te sientes bien? - Volvió a consultar, cambiando de postura, elevando su torso mientras se apoyaba en su codo.

-Sí, sólo es...-Di una corta sonrisa. - La universidad...-Lo soltar una leve carcajada que captó mi atención.

-No sabes mentir ¿Sabes? -Expresó llevando su mano libre a mi rostro. - Cuando saliste mojaste tu vendaje...-Musitó mientras tocaba la zona. - Llevas mucho tiempo así, la humedad no ayudará a que mejore. -Sonaba preocupado. - ¿Tienes algo con qué puedas reemplazarlo? De saber que me quedaría aquí, hubiese comprado en la farmacia. Pero no es como si uno controlara el clima. -Agregó con una sonrisa, mostrando sus llamativos dientes, dejando a destacar sus caninos. Era una sonrisa muy única y hermosa.

-En el baño tengo...-Dije deshaciendo el lazo de nuestras manos. Para ir en busca del botiquín. Observé mi palma por unos segundos apreciando el calor que el de ojos grises había dejado en ella. Para después, sentir como este era reemplazado por el frío.

Vi mi rostro en el espejo para deshacerme de la venda. No era tan grave, estaba cicatrizando pero era evidente que quedarían algunas cicatrices. Busqué el peróxido de hidrógeno untando de este en un trozo de algodón para limpiar las partes que se vieron afectadas por la humedad. Tuve cuidado en las suturas ya que estas dolían. Apliqué todo en su debido orden, o al menos en el que yo siempre lo hacía para ulteriormente guardar la caja con los implementos en su respectivo lugar. Sentí un pequeño mareo, por lo que me sujeté con mis dedos del lavamanos. Conocía esta sensación. La jodida abstinencia. El sudor frío, la disociación y la conocida crisis de pánico amenazaban con aparecer. Gracias a Sanzu, poseía dos frascos de Alprazolam. Me las dio cuando una noche lo llamé con miedo, no sabía lo que me pasaba, no quería que mis padres me vieran así. Por lo que vino hasta mi vivienda entrando a hurtadillas hasta mi cuarto. Me explicó con detalles lo que me pasaba, repitiéndome que me sentiría bien con tomar sólo una de esas pastillas, su sabor era asqueroso pero el efecto era rápido. Me hizo compañía hasta que me sintiera mejor.

LOLLIPOP •| Baji Keisuke |• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora