Eran las cinco de la mañana y mis ojos aún miraban el techo oscuro y agrietado. Podía sentir tu respiración, a pesar de que dormías en el piso. No te culpo; yo también lo hubiera hecho de estar en tú lugar.
Me levanté, resignada a que no podría dormir.
Tomé una taza de café,
y dejé que mí mente me torturará deliciosamente.
Con tú voz
Con tus animos.
Con los recuerdos.Y sobre todo, con esa pregunta. Esa máldita pregunta.
— ¿Quién eres? —Tú voz sonó temblorosa antes de irnos a dormir; era lo único que me habías dicho desde que habíamos vuelto.
Te miré. Tenías el rostro tenso, y tú sólo tensabas tus facciones cuando tenías miedo.
Me tienes miedo.
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Mi fotógrafo #1
Short Story«Te miro, y me sonríes. Sé que te esfuerzas por hacerlo. Sé que es difícil vivir conmigo. Sé que no recuerdas nuestra boda. Ni mí nombre. Pero no te preocupes, Yo puedo recordar, vivir, y amar por ambos» Precuela de la historia: Mi mus...