Buena suerte.

1.1K 145 0
                                    

Durante meses vivimos al mismo ritmo de vida que por mi parte era demasiado agotador; levantarse a las cinco de la mañana; ir a trabajar; controlar mareos y hemorragias nasales cada vez más fuertes que mis pobres fármacos apenas podían limitar Tú ibas al parque y yo a los semáforos con mi pequeño amigo; comíamos rápido, cenábamos rápido y regresábamos al refugio.

Todo era perfecto, porque todo lo hacía por ti.

Un día, antes de volver al refugio para dormir, sacaste de un raído saco un sobre amarillo enorme. Lo vi fijamente.

— ¿Es la definitiva? —pregunté.

—Sí, es la que más me gustó de todas.

—A mi me gustan todas tus fotos.

—Gracias.

Con una sonrisa, depositaste la fotografía en el buzón. No sabía que foto era, pero segura estaba de que nos iría bien.



Mi fotógrafo #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora