— ¿Tiene un centavo que nos regale?
El hombre pasa de largo, como si no le hubiera dicho nada. Mi corazón se quiere hacer pedazos, pero él no es el primero en ignorarme; y tampoco sería el último.
Observo que vuelves del parque, con una cara larga, sin embargo no te pregunto nada y me enfoco en el siguiente transeúnte.
—Señor, ¿Me da una moneda? —Me acercó a él, y lo observo fijamente; iba de la mano con su esposa e hijo.
El niño me mira con miedo, y el hombre lo nota.
— ¡Aléjese, loca de mierda! —grita.
Me sostengo de la pared del edificio, tocando mi corazón; sentía que me había hecho pedazos, y las lágrimas caían por mis ojos.
—Pídale una disculpa —oigo tu voz. Levanto la cabeza, y veo que estás tomando al tipo por el cuello de la camisa; no recuerdo que hayas sido así de agresivo alguna vez.
— ¡Están ustedes locos! ¡Auxilio, policía!
Pero no te intimida, y sigues tomándolo por el cuello.
Hasta que, por supuesto, la policía llega.
— ¿Qué ocurre aquí?
—El señor me ha amenazado —dice el hombre, su esposa e hijo habían corrido al verte llegar así de agresivo.
—Sólo le dije que...
— ¡Idioteces! —te interrumpe el policía—. A vagabundos como ustedes ya los conozco, ¡Así que lárguense antes de que los arreste!
El policía se aleja, el hombre igual, pero con una sonrisa.
—A veces me siento invisible —murmuro inevitablemente.
Tu mano torpe toca mi barbilla, y me hace elevar la vista a tus ojos color miel.
Sonríen.
—Para mí no.
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Mi fotógrafo #1
Short Story«Te miro, y me sonríes. Sé que te esfuerzas por hacerlo. Sé que es difícil vivir conmigo. Sé que no recuerdas nuestra boda. Ni mí nombre. Pero no te preocupes, Yo puedo recordar, vivir, y amar por ambos» Precuela de la historia: Mi mus...
