El mesón que encontraste para pasar la noche no era de lo más limpio. Pero tampoco podía quejarme; había luz eléctrica, pulgas, baños, y una colcha raída donde poder dormitar.
Pero sobre todo; te tenía a ti.
Era un enorme cuarto con miles de personas más en él. Nosotros yacíamos en un rincón. Tu respiración era profunda; dormías con tranquilidad increible, y yo te abrazaba. Con miedo.
—Preciosa —se escucha en mí oído y el olor a alcohol inunda mi nariz, me giro con rapidez y veo a un tipo, escuálido, sonriendo.
—Déjame.
Por toda contestación, el tipo me tomó de las piernas y me arrastró lejos de ti.
—Eres muy linda —su voz sedienta, llena de deseo me quema la piel del rostro. Intento apartar mi cara, pero es imposible, la toma entre sus sucias manos.
—¡Auxilio! —logro gritar antes de que metiera su lengua en mi boca. Las arcadas quieren llenarme, pero el pánico es más fuerte.
Intento deshacerme de él, pero es mucho más fuerte.
Mucho más.
Cuando dejo de forcejear, llegas tú, como salvación.
— ¡Dejala! ¡Dejala, imbécil! —lo tomas del cuello de la camisa, y lo lanzas hasta la pared.
Me tiendes la mano, y me levanto. Hasta entonces me doy cuenta de que estaba llorando a gritos. Todos los vagabundos de la ciudad nos miran.
Y el guardia llega.
— ¡Fuera! —nos exige.
—Pero él intento violarme —dije entre gritos, señalando al ebrio que recargado en la pared, sonreía triunfante.
— ¡Fuera los tres, dije! O los sacamos a la fuerza.
Te veo y sabemos que no tenemos opción.
Pareciera que el mundo quiere dejarnos sin opción.
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Mi fotógrafo #1
Short Story«Te miro, y me sonríes. Sé que te esfuerzas por hacerlo. Sé que es difícil vivir conmigo. Sé que no recuerdas nuestra boda. Ni mí nombre. Pero no te preocupes, Yo puedo recordar, vivir, y amar por ambos» Precuela de la historia: Mi mus...