|| 𝐍𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐨 𝐏𝐚𝐬𝐚𝐝𝐨 - 𝐂.𝐕 - 2ª 𝐭𝐞𝐦𝐩 𝐄𝐂𝐃𝐋𝐂 ||

Capítulo 5

Decidí dormir, para en la próxima mañana, ir hasta aquella cafetería, ya sabía de muchas cosas. Pero quería ver a aquella chica.

Megan.

Aquél día había pasado volando, trabajé con una sonrisa, con el corazón feliz, pensar que Christopher estaba aquí, bien y vivo. Me dejaba feliz, al mismo tiempo me sentía una idiota por haberle llorado aquella tarde en la tumba, donde no estaba.

Pero está bien, aunque estaba feliz, también me sentía triste, él no sabía quién era yo, seguía con la misma sonrisa, idéntico a antes, pero no sabía quién era. Eso me dolía.

Y si me pidiera, le contaría todo lo que pasamos con gusto.

Quería saber cuándo lo vería otra vez... Ahora es todo tan diferente, antes podía levantarme a los sábados y verlo, pero ahora ya no es así.

(...)

Puse el delantal marrón oscuro de todos los días, comencé el día limpiando las mesas de la cafetería, Alex llegó diez minutos después de mi, y se puso a trabajar también.

Había despertado feliz, quería gritar al mundo que Christopher estaba vivo, y creo que Alex lo notó.

- ¿Porque esa sonrisita eh?
- ¡Christopher está vivo! - chillé - Osea, Alex, por dios, no puedo creerlo.
- Tienes que creer, Meg - La grave voz de Christopher se escuchó, y me volteé, él estaba en la puerta, con una sonrisa estampada en sus labios -
- Chris... - sonreí - Dios, ya sabes quién soy?
- No, aún no, tendremos que hablar para que lo sepa.

Ah...

- ¿Quieres beber algo? - lo miré y asintió - Dime que lo anoto.
- Dos capuchinos.
- Claro - asentí y me fui a preparar lo que pidió, él se sentó en una mesa y ahí esperaba.

Luego de que estuvieran listos los dos cafés, los llevé hasta su mesa.

- Aquí está - sonreí y me volteé para volver al caja, pero Christopher agarró mi mano, y sentí una corriente eléctrica por todo mi cuerpo.
- Uno es para ti, es tu favorito, ¿no? - señaló a una de las tazas sobre la mesa - siéntate y habla conmigo un rato, Meg.
- Oh, dios... - Tenía mi boca abierta, no quería hacerme la pendeja adelante de él, pero era díficil - Cierto, creo que puedo unos diez minutos.
- Claro, restará tiempo, no te preocupes -

- Ayer estaba pensando en ti... - dijo sincero, y casi me ahogo -