|| 𝐍𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐨 𝐏𝐚𝐬𝐚𝐝𝐨 - 𝐂.𝐕 - 2ª 𝐭𝐞𝐦𝐩 𝐄𝐂𝐃𝐋𝐂 ||

Capítulo 34

Casi nueve, nueve meses más tarde.

- Christopher - Megan chilló en la madrugada - Mi amor, creo que... Maite no quiere esperar, va a nacer.
- Dios, ¿que? - Me levanté rápidamente, ayudé a mi novia a levantarse y la llevé hasta el auto, agarré con prisa lo que llevaríamos al hospital y así fuimos.

El grande día había llegado, madrugada del día 22 para 23 de noviembre. Justo el día de mi cumpleaños, no podía estar más feliz.

Entramos rápido al hospital, dos enfermeras llevaron a Megan en una silla de ruedas a una habitación para cambiarse la ropa. Y lo mismo hicieron conmigo, debíamos poner algo como una bata para entrar a la sala de parto.

Minutos después estábamos allá, Megan acostada en una cama, seguía con los ojos abiertos y yo estaba a su lado, agarrando su mano a todo momento, como le prometí que haría.

- Todo saldrá bien, eres fuerte mi vida, eres muy fuerte - le sussurraba con seguridad, ella asentía sin decir nada -
- Christopher - me miró directamente a los ojos - te amo mucho, más que a cualquier persona en este mundo, eres mi vida entera, gracias por todas las cosas buenas que pasamos y gracias por hacerme tan feliz, amor.
- Te amo mucho más, chiquita - le di un pico -

- Ahora... - el doctor dijo, minutos después, escuchamos un llanto, la pequeña había llegado al mundo. Mi hija había nacido.

- Aquí, señor Vélez - una de las enfermeras cargó a la bebé y me entregó, lloraba sin parar, pero sabía que era normal. La miré y al instante mi mirada se nublaba, me acerqué a Megan que seguía viéndonos.

- Mi amor, mira...- le entregué la bebé, y ella sonreía con lágrimas en los ojos - nuestra pequeña, amor...
- Que linda es, vida, que linda - sussuró muy bajito, su voz era demasiado débil.

- Ahorita, llevaremos esta princesa a bañarse, y usted - la enfermera me señaló - espera afuera.
- Si, claro - sonreí y besé la frente de mis dos nenas. Meg y Maite.

Salí de aquella sala con el corazón palpitando fuerte, ¡Ahora soy papá!

Nada más pasaba por mi mente, solamente pensaba en mi mujer y en mi hija, ellas eran mi felicidad.