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do you know who i am?
—Estoy preocupada. —Solté un suspiro largo, aun no habíamos encontrado a las personas que se habían llevado a mis dragones. Con Ivar nos habíais vueltos locos buscando algún indicio de ellos. Incluso, habíamos torturado a varios soldados en turno para ver si sabían algo, pero todos nos indicaban lo mismo; nada. Era como si se hubieran desvanecido, nadie vio a nadie entrar a la habitación donde los tenía resguardados. Igualmente, Ivar tenía otras cosas que hacer. Por otro lado, los sajones querían venganza por lo que estaban volviendo a bloquearnos todos los caminos, incluso ellos ya habían asesinado a varios soldados vikingos, incluso varías veces los caballos habían vuelto con el cadaver de nuestra gente. Ivar ya estaba totalmente enojado, por lo que rápidamente convocó a una reunión con todos los jarls que se habían quedado en York para comenzar a armar una estrategia y defendernos. Por otro lado, yo no había dejado de pensar en mi madre. Desde ayer, solamente nos dedicamos a buscar a mis hijos por todo lado, por lo que no había tenido tiempo de hablar con ella.
Solté un suspiro preocupada. No tenía cabeza para cuidar a Niklaus, por lo que lo había dejado con Grida. Sabía que ella era alguien de confianza, por lo que no tenía problema con esto. Mientras tanto yo, me dirigía al lugar donde residía la vidente. En Kattegat siempre me había dado mucho miedo visitar al vidente, me producía escalofríos. Pero, Aslaug al ser una völvä, me advertía de muchas cosas, aunque; no siempre ocurrían las cosas que ella predecía. En York había una anciana, que todos decían que era peligrosa por que a muchos soldados les había dicho la forma en que ellos iban a morir, por lo que mi única opción era ella.
—Daenerys Ragnarsson ... ¿o debería de decir Targaryen? —La escalofriante voz de la anciana resonó por toda la habitación en cuanto puse un pie dentro de esta. —Esposa del gran Ivar The Boneless; el futuro de este es comprometedor, pero no tanto como el tuyo. Vi fuego y sangre en todo tu recorrido.
Me quede estática escuchando sus palabras. Carraspee un poco intentando formular alguna palabra u oración. Pero no me salía nada.
—Se por lo que vienes aquí. —Continuo hablando. —Yo se donde están, tus bebés; tus hijos.
—¿Donde? —Logre hablar, desesperada.
—Te los quitaron mientras la maldad ingresaba, ya están aquí y piensan asesinarte. —Habló la anciana susurrando por lo bajo. —Se encuentran en el lugar donde viste por ultima vez a tu hermano mayor. —Me fui acercando un poco más a ella. —Ella ya está aquí. No te dejes engañar, quiere lo mismo que el usurpador; tu muerte.
No entendía nada.
—No puedo decirte más. Los Dioses no me lo permiten —Me miro a los ojos y jadee sorprendida, un ojo era totalmente blanco mientras que el otro era de un tono azulado eléctrico. —Puedes retirarte.
