¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¡¿Que mierda haces?! —Grité en dirección al barbudo y musculoso tipo que me agarraba del brazo llevándome a quien sabe donde.
Desembarcamos hace poco tiempo, estábamos a unos kilómetros de Kattegat y todo el mundo estaba preparándose para la batalla para la pérdida o recuperación de Kattegat. No había vuelto a hablar con Ivar y las únicas personas que me hacían compañía ahora mismo eran mi hijo y Missandei, la cual no se había separado de mi.
Eso fue hasta que un bruto y descerebrado se acercó hasta nosotras y me tomo del brazo separándome de mis acompañantes, apretaba mi antebrazo tan fuerte que estaba segura que me quedaría un hematoma si seguía ejerciendo la fuerza contra mi pobre e indefenso brazo.
—¡¿A donde me llevas, idiota?! —Exclamé enojada. —¡¿No sabes que con las mujeres embarazadas se debe tener cuidado?! —Sin embargo, no me respondió y continuó obligándome a caminar hasta que note que nos alejábamos del campamento improvisado que habían formado. Intente visualizar o reconocer el lugar a donde me llevaba, pero no reconocí el lugar. —¡Claro! ¿Como sabrías cómo tratar a una embarazada? Seguramente ninguna mujer es lo suficientemente valiente para querer estar contigo.
Sabía que lo estaba provocando, pero no me importó. Si lo provocaba lo suficiente tal vez me daría respuestas.
—¡Cállate! —Sus dientes rechinaron y me dio una mirada totalmente cargada de enojo.
—Me callaré cuando obtenga respuestas, imbecil.
Cuando el insulto había salido de mis labios naturalmente, el descerebrado paró de golpe y se paró frente mi, sus fosas nasales se expandían por la fuerza de su inhalación.
—¿Te crees inteligente, perra? —Su aliento golpeó contra mi rostro y contuve las ganas de vomitar. ¿Que mierda había comido para que huela así? —. No te creas mucho, ya no serás la única señora de Ivar.
—¿Y crees que por eso me gane mi puesto por aquí? —Claramente, el intentaba provocarme pero sus insultos ya no produjeron nada en mi. —.Tengo dragones y soy una estupenda guerrera, ¿quieres que te lo demuestre?