Epílogo

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EPÍLOGO

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EPÍLOGO

DAENERYS

El rugido de los dragones hacía temblar a varios soldados, sonreí de lado al ver a uno de ellos mearse por el rugido que salió de Drago. Admitía que me gustaba el miedo que se infundía en ellos, era simplemente divertido.
— ¿Entonces? — Pregunte a los soldados, mis manos picaban mientras veía sus caras de indecisión y confusión.
— No estamos seguros, reina Daenerys — Contesto uno de ellos.
Varios de ellos asintieron ante la respuesta de su compañero, y otros; simplemente no quisieron mover ningún musculo, seguramente por miedo.
— ¿Por qué? La decisión es fácil. Si o No — Mi vista se dirigió a ellos, me levante del trono dejando caer el borde de mi vestido al suelo, las perlas que se encontraban formando un fino corsé relucieron ante el brillo del sol. La corona en mi cabeza me hacia sentir más poderosa de lo que era.
— ¿Qué nos asegura que no nos matara después de esto?
Suspire con cansancio.
— Soy una persona bastante confiable — Respondí, comenzando a descender por las escaleras —. Jamás haría daño a nadie, a no ser que lo merezca. Supongo que oyeron como logre conquistar Roca Dragón, ¿cierto? —Asintieron débilmente ante mi pregunta —. Ese día, pude haber matado a todos los soldados que quedaban, pero no lo hice. ¿Quieren saber por qué? Por que se rindieron ante mí y prometieron darme su fidelidad. Y tome la oportunidad —. Dije parándome frente a todos ellos —. Logre conquistar el palacio que perteneció a mi familia por años, pero no solo fui yo, me acompaño Lagertha, Ubbe, Bjron... —Me negué a mencionar a Ivar —. Es por eso que les ofrezco ese trato. Su fidelidad y a cambio pueden venir a vivir aquí, con sus familias.
Vi la cara de indecisión de ellos.
— Miren, dejare que ustedes lo piensen, ¿está bien? — No espere la respuesta y salí del salón. Mis hijos me necesitaban en este momento.
Camine por los pasillos sintiendo el aire ondear el vestido que llevaba puesto, ciertamente era el más bonito que había tenido hasta ahora, me hacía sentir como una verdadera reina. El sol golpeaba contra mi rostro y Drago seguía por los cielos intimidando a la gente.
Niklaus cumplía hoy 16 años.
Había planeado una celebración para él. Hace dos meses había enviado mensajeros para que convocaran a sus tíos para este día, y por supuesto Lagertha no podía faltar. A pesar de que al principio fue difícil convivir con ella, después de Aslaug.... Lagetha era una mujer excepcional.
Hace cinco años, había tomado Roca Dragón en mi poder. Desde entonces, todo había marchado bien. Los reinos que había conquistado los habían dejado a cargo a cada hijo de Ragnar.
Hvitserk en China.
Ubbe en Rusia.
Bjron en España.
Cada uno de ellos gobernaba, por otro lado eso había evitado las peleas entre hermanos.
Estaba a punto de llegar a la habitación de mi hija, cuando una mano se cerró alrededor de mi cintura y me llevo hacía la pared. Mi boca se entreabrió lista para gritar cuando unos labios chocaron contra los míos.
Sabía quien era.
Por instinto, mis manos subieron hacia el cabello de este y lo acaricio, comenzando a tirar de él. Las manos del otro no quedaron quietas, si no que apretaron con más fuerza mi cintura y solamente pude gemir en respuesta.
— ¿Cómo sabias que era yo?
— Querido, tus labios son imposibles de no reconocerlos —Respondí.
Ivar sonrió.
— Niklaus está como loco —Me comunico mientras agarraba con fuerza una de sus muletas —Lo pille con la hija de Missandei hace instantes y pensó que lo regañaría, seguramente vendrá aquí a pedirte piedad.
Abrí los ojos.
— ¿Con Freya? —Pregunte y el susurro un "si" y de pronto... —¡SIIII! —Chille.
— ¿Qué? —Ivar rio ante mi comportamiento.
— Missandei y yo apostamos en cuanto tiempo se dirían lo que ambos sienten, estoy muy feliz.
El negó divertido.
Hace cinco años mi corazón se había detenido, cuando Ivar había estado a punto de morir. Fue una de las peores sensaciones que, rogaba no volver a pasar. Ivar hacia estado dormido por dos meses, las curanderas no supieron en ese  momento si el sobreviviría, pero cada día rezaba a Odín que él pudiera quedarse más tiempo conmigo. El despertó el día que me había enterado que estaba embarazada.
Ivar fue tan amable que nos sorprendió a todos, decidió dejar ir a Kattegat. Se lo entrego a Lagertha, con la condición que los hijos de Ragnar seguirían siendo parte Kattegat.
Al final, yo había cumplido lo que Ragnar me había pedido.
Logre evitar el Ragnarok entre hermanos.
Mis tres hijos ingresaron, Niklaus nervioso; seguramente por lo que su padre me había contado. Aren con 13 años ya era todo un galán, y Anne ingreso con su hermana más pequeña en los brazos.
Yo, había quedado embarazada el día de la batalla.
Poco probable pero había pasado.
Cuando me entere que estaba en cinta, no lo había podido creer. ¿Qué iba a hacer yo con cuatro niños...? ¿Sin su papá?
— ¡Papiii! —Dijo Amy, bajando de los brazos de Anne y caminando hacia su padre —. Anne estaba con un chico.
— ¡Oye! —El tono de ofensa de Anne se hizo notar.
— Muy bien campeona, te ganaste la carne de cordero —Dijo Ivar con una sonrisa —. Y tu, señorita, he dicho que nada de chicos hasta que tengas 35.
— ¿Le dices lo mismo a Aren o Niklaus, papi? ¿O solo a mi porque soy mujer?
Aren y Niklaus rodaron los ojos, sintiendo otra pelea avecinarse.
Divertida, comencé a escuchar la pelea de hija y papá, todos los días era así.
Me sentía feliz y completa.
— Majestad —Jorah apareció a mi lado —. Llego el invitado.
— ¿Quién? —Curioso, pregunto Ivar.
— Ya lo veras —Respondí.
Tome su mano y mis hijos nos siguieron, caminaba rápido pero siempre teniendo cuidado con Ivar. Llegue hasta la habitación de reuniones y me gire a Ivar feliz.
— Sorpresa —Dije y abrí la puerta.
El jadeo de incredulidad de Ivar fue lo primero que todos escuchamos.
— Ivar, el gran azote del mundo —Floki comento feliz.
Las arrugas en su rostro era evidente pero la locura en sus ojos seguían.
Ivar sin creérselo, camino hasta Floki y le dio un abrazo.
— ¿Cómo...?
— Tu esposa, al parecer me busco por los últimos cinco años.
En ese momento, los demás hermanos de Ivar ingresaron.
Hvitserk entro con Freya a su lado, como papá e hija.
La sorpresa en sus rostros de ver a Floki fue todo un poema.
— Gracias —Me susurro Ivar.
— De nada —Respondí —. Todavía hay una sorpresa.
— Dime —La emoción en sus palabras fue evidente.
Sonreí de lado y tome sus manos.
— Estoy embarazada.







Muchas gracias a todas por haber leído esta historia. Fue la primera que escribí y estoy feliz de que la hayan apoyado<3
Me encantaría que se pasaran por mis demás historias ya que esta finalizó.
Muchas gracias <3

Fire & Blood &gt; Ivar The Boneless | Vikings Donde viven las historias. Descúbrelo ahora