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FLOKI
—¿Que crees que sea? —Pregunte mientras acariciaba mi vientre.
Aún no estaba tan grande, pero ya se podía notar el pequeño bulto que tenía. Ya debería de tener unas ¿cinco o seis semanas de embarazo? No estaba segura.
—Quiero un niño para enseñarle el valor de ser un vikingo, como Floki me enseñó a mi —Ivar se arrastraba por el suelo. Estábamos yendo a visitar al anterior mencionado; Floki —O talvez una niña, si tuviéramos una niña sería la mejor escudera que Noruega haya conocido. O mejor, que el mundo haya conocido.
—Eso me gusta —Reí imaginado un mini Ivar o una mini Daenerys.
—Pero ... tengo miedo —Ivar se detuvo y se sentó para mirarme.
—¿Miedo de que?
—De que ... nazca como yo —Ivar miro al suelo.
Mi corazón se volvió pedazos al escucharlo hablar así. Me agacha para llegar a su altura.
—Ivar —Hable duramente —Para mi, si te soy sincera, es mejor si es como tu. Supiste sacar fuerzas donde no había y mírate, hoy eres un respetado vikingo. Eres fuerte Ivar, tu eres especial gracias a tus piernas. Grábatelo en tu mente ¿esta bien?
—Gracias —Finalmente dijo y continuamos nuestro camino.
—¿Crees que Floki esté bien? —Pregunte pensando en Floki, el no había aparecido durante días después de la muerte de Helga. Solo había estado metido en el bosque.
—Pues ya lo veremos. Pero yo creo que el se siente solo, es decir, Helga era su compañera, siempre estaba para el y que de pronto ahora simplemente se haya ido ... debe ser desgarrador.
Y tenía razón, el dolor que debe estar sintiendo Floki debe ser inmenso. Los vikingos en nuestra cultura sabíamos que para nosotros, al morir no era el final de la vida, si no era el comienzo de algo mejor; el Valhalla. El salón de Odín donde cada día podías comer, beber y pelear cuanto quieras, esto se repetía cada día. Pero eso no evitaba sentir pena y dolor cuando un ser querido se iba de Midgard para llegar a Asgard.
Cuando finalmente llegamos donde Floki el se encontraba ... ¿construyendo un barco? Pero no parecía un barco, era como un barco, si, pero más pequeño... parecía un barco de juguete
—¡Floki! ¿Para que el barco de juguete? —Ivar dijo y reí a mis adentros al pensar que ambos teníamos los mismos pensamientos.
—No es un juguete —Floki aún no se daba la vuelta para vernos —Es barco para uno. No necesito ayuda de nadie para navegarlo.
—¿Y a donde piensas navegar? —No quería que Floki se vaya, Floki era como el soporte de Ivar, durante mucho tiempo el había sido la figura paterna que Ivar había necesitado y tenía miedo que si el se iba, Ivar se desmoronaría.
—A donde los Dioses decidan —Hablo mientras ataba una cinta al extremo del barco.
Ivar se calló y observé cómo abría y cerraba la boca, como si quisiera decir algo.
—No quiero que te vayas —Finalmente dijo —Te necesito para pelear contra los cristianos. Mis hermanos son débiles y tú lo sabes Floki —Y el mencionado miro a Ivar. Pero no dijo nada. Ivar, al sentirse ignorado, suspiro y creo que lo que dijo a continuación fue una de las palabras más difíciles en su vida —¿Por favor? —Si, señores y señoras, Ivar dijo por favor —Te considero como mi verdadero padre.
Floki miró a Ivar con su ceño fruncido y se paró.
—No —Floki camino hasta llegar donde nosotros —Tu verdadero padre es Ragnar Lothbrok, el hombre más famoso del mundo. Nunca lo olvides Ivar, o los dioses te castigarán —Ivar y yo solo observamos a Floki, Ivar lo miraba con ojos llorosos. —Ahora déjame seguir.
—No puedes dejarme —Ivar hablo y su voz salió rasposa, como si estuviera aguantando las ganas de llorar —Mis hermanos ...no creen que no quise matar a Sigurd, yo no quería. Era mi hermano, es por esto que no puedes irte —Floki había dejado su trabajo para mirar a Ivar con una mirada triste —Estaré muy solo.
Floki rápidamente camino hasta llegar otra vez donde nosotros y se arrodilló para mirar a Ivar.
—Debo irme, Ivar —Floki apoyó su cabeza contra la cabeza de Ivar —Sin Helga aquí, ya no queda nada para mi. Este mundo ya no me interesa. Por eso me someteré a la voluntad de los Dioses —Floki abrazo a Ivar y yo solo estaba ahí parada mirándolos con lágrimas en los ojos —Ven conmigo —Dijo de repente —Vengan conmigo, el bebé estará muy bien.
Ivar me miró y después miró a Floki.
—Mi corazón está roto —Dijo mientras las lágrimas comenzaban a correr por sus mejillas.
Floki estiró la mano a mi dirección y yo la tomé, jalo un poco para que yo quedara arrodillada también.
—Se compondrá. Además, no estarás solo. Tienes a Daenerys y el bebé, ustedes estarán bien, ella siempre estará para ti —Ivar me miró y yo asentí con la cabeza, afirmando lo anteriormente dicho por Floki. —Ivar el deshuesado, el azote del mundo.
Y ahí quedamos los tres, fundiéndonos en un abrazo lleno de alegría y dolor.
