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Jughead nunca fue un romántico. Nunca sintió esa conexión con su lado romántico. Y luego se encontró con Louise. Al principio la observó desde lejos, intentando mantener la distancia. Luego se enamoró. No solo de ella, sino que se enamoró de la idea de enamorarse. Nunca sintió una emoción tan poderosa. Una conexión tan fuerte. Tenía que invitarla a salir, pero no tenía idea de cómo hacerlo. Entonces se dirigió a una persona que sabía que podía ayudarlo.
Veronica Lodge.
— No, no voy a comprarle flores.— Jughead se burló.
— Oh, entiendo, Jughead, ella es una tonta total para que tú le compres flores.— Respondió Verónica.
Jughead se superó, como lo sugirió Verónica, y decidió salir a cenar y pedirle que salieran a la antigua usanza.
