I love you.
— Puedo hacerlo. Sólo es decirle lo que siento. Decirle que la amo. — Me repetí mientras miraba mi reflejo en el espejo.
Esto era un gran problema porque 1. Betty es a la primera chica a la que realmente ame y 2. Yo eras la primera chica que le gustaba a Betty y salir conmigo era algo muy importante para ella.
— Emma, Betty está aquí. — Oí a mi madre llamar desde el piso de abajo. Trague con fuerza, por fin iba a decirle a Elizabeth Cooper que la amaba. Me di unas cuantas palabras más de ánimo antes de bajar las escaleras. Enseguida vi a mi novia de pie al inicio de la escalera y sonreí.
— Hola, Betty.
— Hey, Emma.— Betty sonrió ampliamente y me echó los brazos al cuello. Automáticamente rodeé su cintura con mis brazos y disfruté del abrazo de Betty. Las dos no nos habíamos visto en dos semanas gracias a que Alice necesitaba la ayuda de Betty en el periodico local y a la cantidad insana de deberes que había que completar.
— Te he echado de menos. — Mi novia susurró antes de alejarse ligeramente.
— Yo también te he echado de menos. Vamos, subamos. Tenemos que hablar. — Dije. Agarré la mano de Betty y la conduje rápidamente hacia arriba.
— Sé que vas a dejar la puerta del dormitorio abierta.— Mi madre llamó al llegar a lo alto de la escalera.
— Lo haré.
Cerré la puerta lo suficiente como para que hubiera una pequeña rendija pero para que Betty y yo también tuviéramos algo de privacidad. Me giré, Betty estaba tímidamente de pie junto a mi cama con una adorable sonrisa.
— Realmente eres adorable, Elizabeth Cooper. — Dije haciendo que Betty se sonrojara.
— Por favor, tú eres la adorable de la relación. Yo soy la adolescente rara que detiene el crimen.
— Eres mi adorable novia luchadora contra el crimen. — Tomé las dos manos de Betty y la vi sonreír aún más.
Respiré profundamente y de forma temblorosa, lo que sacó a mi novia de su sonrojada sonrisa.
— ¿Pasa algo? — Preguntó buscando una respuesta en mi rostro.
— Betty...yo...te amo.— Dije con el más mínimo indicio de confianza en tu voz.
Vi cómo la expresión facial de Betty pasaba de la preocupación a la pura felicidad.
— ¿Tú...me amas?
— Sí. Te amo, Betty Cooper. — Sin previo aviso, Betty ahuecó mi cara y me besó como nunca antes lo había hecho. Mi cabeza empezó a dar vueltas y mi corazón a latir con fuerza contra mi pecho. Unos momentos después Betty se apartó.
— También te amo, Emma Green.
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Riverdale.│One Shots.
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