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Tails hacia maniobras para distraer a su enemigo en común junto a los demás del grupo, en otras circunstancias pensaría que era algo imprudente y estúpido; lo seguía pensando, pero al mismo tiempo tenía una corazonada al plan de Sonic.

Mientras tanto, este en particular comenzó a hacer lo que solía frecuentar cuando necesitaba tiempo a solas para pensar.

Caminar en círculos.

Meditaba, especialmente sobre sí mismo, recordando a aquel erizo que alguna vez estuvo solo y asustado, demasiado como para aprender a independizarse a esa edad temprana y entender que robar estaba mal, aunque esto último sólo lo hacía como medida para encontrar objetos de juego y no caer en la locura.

Había una sensación que no podía definir rodando en él cuando se percibió a su pequeño yo, probablemente nostalgia, probablemente arrepentimiento, o tal vez un sentimiento que aún no tenía nombre.

Se dirigió a sus nuevos amigos para verlos en cámara lenta, casi estáticos. El rostro de Amy resplandía con el atardecer en un trágico color inútil, era la más pequeña de todos y también de las más fuertes, pero justo ahora sentía que hacía nada y en eso mismo se convertía ella sola.

Continuó y luego se acercó a Sticks, era obvio el terror que la inundaba en su piel. Desde pequeña fue criada para hacerla una fortaleza y un ser imparable, ahora, parecía que su propio trauma hacia las máquinas remarcaba lo débil que se veía ante los otros.

Miró a Knuckles con su habitual pose decisiva y determinada, pese a eso, en lo profundo de su obstinada alma había una inseguridad de sus propias habilidades que lo ahogaban en un mar de presión, y si caía al fondo se acostaría en su pasado para mirar el sol con lejanía.

Alzó la mirada para alcanzar a ver a su leal lleno de incertidumbre, el zorro enseñaba los colmillos con furor a lo que sonrió de forma inconsciente. Verlo tan lleno de coraje lo hizo sentir que estaba cumpliendo su misión de ejemplo a seguir.

El erizo llegó a la conclusión de que este era su momento, tantos meses escondiéndose en el anonimato no lo convencían; había nacido para esto.

¡Hey, Doctor Eggman! ¡Esto es entre tú y yo!

La máquina se detuvo para enfocar su cámara en él, en el fondo todos sus compañeros lo agradecieron puesto que se estaban empezando a agotar.

—¿Tú? ¿SOLO? ¿Qué te hace pensar que aún tienes posibilidades de ganarme si todos tus "amiguitos" no pueden juntos?

El contrario lo pensó por un segundo.

—¿Bromeas? Eres LENTO, no has dado ni un golpe a ellos.—Agarró aire, estaba preparado.—Y mucho menos a mí.

El genio estalló de la rabia.

—¡NO ERES TAN RÁPIDO!

La entrada en su boca comenzó a abrirse para que el láser situado un poco arriba de la cabina brillara intensamente. Esperó ansioso a que disparara el arma letal para esquivarlo en el último microsegundo.

Corrió hacia sus pies y le dio la soga a sus ahora aliados, regresando al frente del robot para que apenas notara su ausencia, el láser lo seguía dejando un camino de ceniza y caos.

Cuando los demás reaccionaron a la extensión en sus manos, jalaron lo más rápido posible teniendo ya las indicaciones antes dichas por el zorro, quien también bajó para ayudarles aunque sea con sus pocas fuerzas.

Mientras Sonic distraía al doctor, sus amigos intentaban empujarlo hacia atrás para derribarlo, pero luego de varios minutos se dieron cuenta que su propia fuerza no bastaba para eso.

Speed me up IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora