17.- 𝑼𝑵 𝑷𝑨𝑹𝑻𝑰𝑫𝑶 𝑫𝑬𝑺𝑨𝑺𝑻𝑹𝑶𝑺𝑶

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Al día siguiente, Jade se despertó tan temprano que ella misma se sorprendió pues batallaba mucho para despertarse, vio que eran las 5 de la mañana, se levantó, se duchó, se vistió, dibujo un monóculo y un bigote a Fay, agarro su saeta de fuego y salió silenciosamente del dormitorio.

Mientras bajaba las escaleras logro ver la figura de una persona acostada en un sillón con una mano levantada, al parecer jugando con algo. Cuando se acercó más pudo ver que era Potter que jugaba con lo que parecía un listón.

Jade iba a quitarle el listón pero Potter fue más rápido, bajo la mano y lo escondió.— ¿Qué haces despierta tan temprano Anderson?.— hablo en tono tranquilo.

Ella se puso frente a él— ¿Cómo supiste que era yo?.

—El olor a granada de tu shampoo te delata— dijo mientras se sentaba y la veía— y también el olor de tu perfume.

JJ empujo los pies de Potter del sillón para después sentarse en el lugar vacío— ¿Qué hacías?.

—Tenía una agradable conversación conmigo mismo.

—¿Y consistía en...?.

—Cosas no aptas para ti.

JJ bufo— Como digas... ya que estás aquí ten— entregó un cepillo para cabello.

—Irónico, me dices que no me peine y me das un cepillo para el cabello.

—No es para ti PoPotter, —le dio la espalda— es para que peines mi cabello.

—¿Por qué yo? Tu sola lo puedes hacer.

Kiara giró un poco la cabeza para verlo— Comienza desde abajo... y con delicadeza.

—Que no tenga delicadeza —contradijo— bien —para sorpresa de JJ comenzó a cepillar el cabello.

Los dos pasaron ante la chimenea las horas que quedaban entre insultos a ellos mismos y discusiones por cualquier cosa hasta al cabo de un tiempo les pareció que ya era la hora del desayuno y se dirigieron hacia el retrato.

—¡En guardia, malandrín! —retó sir Cadogan

—Cállate ya —contestó Potter.

—Guardad silencio tu —JJ señaló a Potter con una espada imaginaria— vil bellaco.

Después de un rato desayunando apareció el resto del equipo.

—Va a ser difícil —dijo Wood, sin probar bocado.

—Deja de preocuparte, Oliver —lo tranquilizó JJ— No nos asustamos por un poquito de lluvia.

Pero era bastante más que un poquito de lluvia.

El quidditch era tan popular que todo el colegio salió a ver el partido, como de costumbre. Corrían por el césped hasta el campo de quidditch, con la cabeza agachada contra el feroz viento que arrancaba los paraguas de las manos. Los miembros del equipo se pusieron la túnica escarlata y aguardaron la habitual arenga de Wood, pero ésta no se produjo.

Wood intentó varias veces hablarles, cabeceó desesperanzado y les indicó por señas que lo siguieran. El viento era tan fuerte que se tambalearon al entrar en el campo. A causa del retumbar de los truenos, no podían saber si la multitud los aclamaba. La lluvia rociaba los cristales de las gafas de Potter. ¿Cómo demonios iba a ver la snitch en aquellas condiciones?.

Los de Hufflepuff se aproximaron desde el otro extremo del campo, con la túnica amarillo canario. Los capitanes de ambos equipos se acercaron y se estrecharon la mano. Diggory sonrió a Wood, pero Wood parecía tener ahora la mandíbula encajada y se limitó a hacer un gesto con la cabeza. JJ vio que la boca de la señora Hooch articulaba:

𝐉𝐀𝐃𝐄 𝐘 𝐄𝐋 𝐏𝐑𝐈𝐒𝐈𝐎𝐍𝐄𝐑𝐎 𝐃𝐄 𝐀𝐙𝐊𝐀𝐁𝐀𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora