Secretos.
Mentiras.
¿Por qué lo ocultaron?.
Desde lo ocurrido en la cámara de los secretos Jade no puede sacarse de la mente todo lo que Tom Ryddle o más bien Voldemort le dijo.
A intentado buscar respuestas pero no ha tenido suerte. Y ahora un prob...
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Subieron deprisa hacia la clase del profesor Flitwick.—¡Llegáis tarde, muchachos! —dijo en tono de censura el profesor Flitwick, cuando JJ abrió la puerta del aula—. ¡Vamos, rápido, sacad las varitas! Vamos a trabajar con encantamientos regocijantes. Ya se han colocado todos por parejas.
Jade se iba a sentar a un lado de un chico de Ravenclaw pero su camisa fue jalada.—¿Si Ron?.
—Hmm, yo.. me siento ahí, tú siéntate atrás —dijo nervioso.
—No es necesario yo..
—No. Yo me voy a.. —Ron vio que JJ levantaba una ceja y su voz tembló— s-sentar a-ahí.
Jade soltó un suspiro y se fue hasta un pupitre que había al fondo, Potter llego a su lado. Ella rodó los ojos.
—¿Qué tal tu cita? —musitó Potter.
—De maravilla. —contestó sin verlo.
—Me sorprende que Nott no se haya aburrido de ti —ella no dijo nada—. Es algo muy tonto, tener una cita.. contigo. Personalmente preferiría perder la final de quidditch que salir contigo.
—Mira cara rajada, yo no te invite a una cita y no pienso hacerlo. Así que no hagas suposiciones.
—¿Y el se divirtió?, ¿Le preguntaste si no se arrepintió de tener una cita contigo?.
Silencio.
—No se han visto.. —una pequeña sonrisa apareció en los labios de Potter—, lo más probable es que solo fue una apuesta. Solo tenía que invitarte a salir e ilusionarte.
Ella lo volteo a ver, estaban tan cerca que solo tenían que susurrar— Bueno, entonces disfrute que me haya ilusionado con ese beso que me dio.
Potter puso una mueca de asco— No creo que te haya besado.
—¿Tienes pruebas? —el se quedó callado— exacto no las tienes, así que no hables.
Jade miro alrededor. Hermione no había entrado.
—Pues tampoco le habría venido mal a ella un encantamiento regocijante —comentó Ron cuando salían del aula para ir a comer, todos con una dilatada sonrisa. La clase de encantamientos regocijantes los había dejado muy contentos.
—Yo iré a verla —JJ caminó mientras se desataba la corbata.
—¡Ah!.. Que esperes —dijo Ron agarrándola de la muñeca.
