𝐉𝐀𝐃𝐄 𝐘 𝐄𝐋 𝐏𝐑𝐈𝐒𝐈𝐎𝐍𝐄𝐑𝐎 𝐃𝐄 𝐀𝐙𝐊𝐀𝐁𝐀𝐍

22.- 𝑲𝑰𝑨𝑹𝑨 𝑴𝑰𝑳𝑳𝑬𝑹 𝒀 𝑳𝑶𝑺 𝑺𝑳𝒀𝑻𝑯𝑬𝑹𝑰𝑵

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—Kiara Miller —hablo el profesor Flitwick— sin duda la mejor alumna de Ravenclaw de su generación.

—Con ella, Black lo tenía todo, sigo sin comprender porque lo arruino —dijo la señora Rosmerta.

—Exacto, con ella lo tenía todo —dijo el ministro— hasta poder... los Miller eran de las únicas familias verdaderamente puras de Francia.

—Si son de Francia ¿qué hacía ella aquí?.

—A eso voy.. como ellos eran de los únicos puros, tenían expandirse para así juntarse con otras familias puras.

—¿Ósea que Kiara estaba con Black por interés?.

—Era al revés, Black estaba con Kiara por su poder. —explicó Hagrid mientras lloraba.

—Ella comenzó sus estudios en Hogwarts, trato de pasar desapercibida pero no lo logro.. su familia era conocida por los poderes que tenían.

—¿Qué poderes?.

—Se cree que son clarividencia, campos de fuerza, amplificación de poder, telequinesia, entre otros —enumeró McGonagall— todo depende del género.

—Pero eso no es tan fácil, solo nacen con poderes cada tres generaciones. —siguió explicando Fudge— Así que si Black tenía una hija con ella...

—Su hija nacería con los poderes —Rosmerta entendió.

—Eso ayudaría a Quien Tu Sabes para ser poderoso. —dijo con desprecio.

—¿Qué pasó con ellas?.

—Black aprovechó que James estaba muerto y asesino a Kiara, sin la protección o cuidado de James las cosas fueron un poco fáciles y la pequeña Jade se quedó viviendo con una amiga muggle de Kiara, ahora nosotros estamos a cargo de su seguridad mientras este estudiando —dijo Hagrid.

Jade no sabía que decir, no podía reaccionar, el aire comenzaba a faltarle y la mirada de Potter se había intensificado. Tras la perorata de Hagrid hubo un largo silencio. Luego, la señora Rosmerta dijo con cierta satisfacción:

—Pero no consiguió huir, ¿verdad? El Ministerio de Magia lo atrapó al día siguiente.

—¡Ah, si lo hubiéramos encontrado nosotros...! —dijo Fudge con amargura—. No fuimos nosotros, fue el pequeño Peter Pettigrew: otro de los amigos de Potter. Enloquecido de dolor, sin duda, y sabiendo que Black era el guardián secreto de los Potter, él mismo lo persiguió.

—¿Pettigrew...? ¿Aquel gordito que lo seguía a todas partes? — preguntó la señora Rosmerta.

—Adoraba a Black y a Potter. Eran sus héroes —dijo la profesora McGonagall—. No era tan inteligente como ellos y a menudo yo era brusca con él. Podéis imaginaros cómo me pesa ahora... —Su voz sonaba como si tuviera un resfriado repentino.

—Venga, venga, Minerva —le dijo Fudge amablemente—. Pettigrew murió como un héroe. Los testigos oculares (muggles, por supuesto, tuvimos que borrarles la memoria...) nos contaron que Pettigrew había arrinconado a Black. Dicen que sollozaba: «¡A Lily y a James, Sirius! ¿Cómo pudiste...? ¡Tú mataste a Kiara! ¡Tú eres el culpable!.» Y entonces sacó la varita. Aunque, claro, Black fue más rápido. Hizo polvo a Pettigrew.