𝐉𝐀𝐃𝐄 𝐘 𝐄𝐋 𝐏𝐑𝐈𝐒𝐈𝐎𝐍𝐄𝐑𝐎 𝐃𝐄 𝐀𝐙𝐊𝐀𝐁𝐀𝐍

37.- 𝑬𝑿𝑷𝑳𝑰𝑪𝑨𝑪𝑰𝑶𝑵𝑬𝑺

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—¡Expelliarmus! —gritó Lupin.

La varita de Potter salió volando de su mano. También lo hicieron las tres que sujetaba Hermione. Lupin las agarro todas hábilmente y luego penetró en la habitación, mirando a Kiara.

—Jade —habló despacio—, baja la mano —ella negó—. Soy yo, confía en mí, sabes que no te haré daño.

¿Realmente podía volver a confiar en algún adulto?.

—Por favor.. baja la mano.

Lupin le había demostrado que era alguien en quien se podía confiar, pero, ¿Y si la había engañado?. No. El no podía ser así. Se permitió confiar una vez más, tal vez se estaba equivocando o tal vez no.

JJ bajó lentamente su mano y entonces Lupin hablo con una voz extraña que temblaba de
emoción contenida: —¿Dónde está, Sirius?.

Kiara miró a Lupin. No comprendía qué quería decir. ¿De quién hablaba? Se volvió para mirar de nuevo a Black, cuyo rostro carecía completamente de expresión. Durante unos segundos no se movió. Luego, muy despacio, levantó la mano y señaló a Ron. Desconcertada, JJ se volvió hacia el sorprendido Ron.

—Pero entonces... —murmuró Lupin, mirando tan intensamente a Black que parecía leer sus pensamientos—, ¿por qué no se ha manifestado antes? A menos que... —De repente, los ojos de Lupin se dilataron como si viera algo más allá de Black, algo que no podía ver ninguno de los presentes—. A menos que fuera él quien... a menos que te transmutaras... sin decírmelo...

Muy despacio, sin apartar los hundidos ojos de Lupin, Black asintió con la cabeza.

—Profesor Lupin, ¿qué pasa? —interrumpieron JJ y Potter en voz alta—. ¿Qué...?.

Pero no terminaron la pregunta, porque lo que vieron los dejó mudos. Lupin bajaba la varita. Un instante después, se acercó a Black, le agarro la mano, tiró de él para incorporarlo y abrazó a Black como a un hermano.

Kiara se sintió como si le hubieran agujereado el fondo del estómago.—No. —negó levemente con su cabeza.

—¡NO LO PUEDO CREER! —gritó Hermione.
Lupin soltó a Black y se volvió hacia ella. Hermione señalaba a Lupin con ojos espantados.—Usted... usted...

—Hermione...

—¡...usted y él!.

—Tranquilízate, Hermione.

—¡No se lo he dicho a nadie! —gritó Hermione—. ¡Kiara!, ¡me dijiste que no lo dijera!, ¡Todo este tiempo lo estuvimos encubriendo!.

Jade estaba confundida.

—¡Hermione, escúchame, por favor! —exclamó Lupin—. Puedo explicarlo...

—Yo confié en usted —gritó Potter a Lupin— y en realidad era amigo de él.

—Están en un error —explicó Lupin—. No he sido amigo suyo durante estos doce años, pero ahora sí... Dejadme que les explique...

—¡NO! —gritó Hermione—. Harry, no te fíes de él. Ha ayudado a Black a entrar en el castillo. También él quiere matarte. ¡Es un hombre lobo!.

Se hizo un vibrante silencio. Todos miraban a Lupin, que parecía tranquilo, aunque estaba muy pálido.

—Estás acertando mucho menos que de costumbre, Hermione — dijo—. Me temo que sólo una de tres. No es verdad que haya ayudado a Sirius a entrar en el castillo, y te aseguro que no quiero matar a Harry... —Se estremeció visiblemente—. Pero no negaré que soy un hombre lobo.