Dios mío, no puedo ver bien, más bien no se le ve la cara, eso es jodidamente estresante, pero es que tiene la compostura de Cameron, por un momento se me olvido que traía pues lencería, y que esa persona extraña afuera de mí casa, me está viendo semidesnuda.
Baje mi vista a lo que traía puesto y volví a mirar hacia esa sombra que no se había movido, me pare y comencé a caminar hacia mi espejo, me quede viéndome en él, como se veía mi cuerpo, hay ocasiones en que no me siento segura de mí misma.
No me gusta cómo se me ve mi cuerpo, en ocasiones me gustaría tenerlo de diferente manera, más tonificado, más curvas, pero supongo que aquí viene la cuestión de la autoestima, debemos querernos tal cual como somos.
Como dijo Lucille Ball "Quiérete a ti mismo primero y todo lo demás cae en orden. Tienes que quererte a ti mismo para hacer cualquier cosa en este mundo"
Y tiene tanta razón, aunque duela, salí de mis pensamientos y volví a verme en el espejo.
¡SANTA MARIA PURISIMA!
Sentí como mi corazón comenzó a latir rápido, una persona estaba detrás de mí, ni más ni menos que mi estúpido mujeriego, Cameron Dallas...
No me moví absolutamente nada, tenía mi vista en el espejo, viendo a Cameron, que tal alto se veía a mi lado, él traía unos jeans negros y una camiseta de color gris oscuro, que me arrepentiré de decir esto pero se ve jodidamente sexy.
Cameron miraba el espejo, analizando lo que llevaba puesto, no tenía ninguna luz prendida, todo estaba oscuro, lo único que nos alumbraba era la ventana en donde se veía la luna.
Cameron dio un paso a mí, haciendo esto que se pegara más a mi cuerpo, podía sentir su ropa rozándome la espalda y las nalgas, el calor que emanaba él, su respiración, todo.
Mi mente me dice que debería de quitarme de ahí, alejarme de él, pero mi corazón desea estar con él, sentirlo cerca, aunque sea por un minuto, mire a Cameron a los ojos, por medio del espejo, y él hacía lo mismo, nos mantuvimos la mirada, sin decir nada, sin hacer otra cosa, hasta que él bajo la mirada a mis hombros.
Y sus dedos comenzaron a rozar mi cuerpo, iniciando desde mis hombros, luego fue bajando poco a poco, pasando por mi cintura, cadera, piernas, hasta que puso toda su mano en mi cintura, apretándola, comencé a jadear.
Extrañaba este toque, su toque, sus manos en mi cuerpo, esta sensación, lo que él me puede hacer sentir con solo un roce, siento que me falta aire, necesito más de él, quiero más de él.
Cameron me hizo voltear hacia él, para ahora sí mirarnos de frente, sin un espejo, su mano aún estaba apoyada en mi cintura mientras que su otra mano se colocó en mi cuello.
Nuestras cabezas se juntaron, podía escuchar su respiración rápida, me dio un beso en mi frente para luego mirarme a los ojos, esos ojos cafés, que me enamoraron un día, aquí estaban frente a mí, sentí como una lagrima bajaba de mi cachete.
-No sabes, cuanto te extraño.- dijo Cameron limpiando mi lágrima con su pulgar, asentí y coloque mis manos alrededor de su cuello, juntándonos en un abrazo, mientras que las suyas se ponían alrededor de mi cintura, apretándome.
Sentí como más lágrimas salían de mí, no entiendo nada de esto, no sé por qué razón estamos haciendo esto, lo solté y coloque mis manos en mi cara, para que no viera como estaba llorando.
-Te conozco tan bien, que sé que estás llorando.- dijo él quitándome las manos de la cara, baje mi mirada en sus brazos.
-¿Por qué lloras?- dijo él asándome la cara, para verlo a los ojos.
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¡Un mujeriego enamorado.! Regresa a mí.
RomanceMichelle Ramirez, una chica de la cual se enamoro de Cameron Dallas del típico mujeriego de su escuela, todo iba bien hasta que algo muy malo le paso a Cameron e hizo que la relación de ambos se estropeara. Michelle, tendrá que aprender que a vece...