Capítulo 7

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—¿ Qué pasa Camy? Has estado toda la semana distraída— preguntó Isha recogiendo las últimas sábanas sucias y echandolas en el carrito.

— Llevamos una semana sin saber nada de Thomas. Ni siquiera a ido por la escuela y me preocupa— confesé tamboraleando en el mango.

Aisha alzó una ceja—¿ Qué pasó entre ustedes el día que los expulsaron?¿ No me digas que se besaron?— preguntó en broma y yo solo pude bajas la cabeza clavando la mirada en mis manos que aprietan el manubrio—¿¡ Se besaron?!

—¡ No!Bueno... estuvimos a punto de hacerlo pero él me dijo que no haría nada que no quisiera— dije nerviosa terminando nuestras tareas dejando las sábanas en la lavandería.

— Mejor vamos al lobby y me cuentas todos los detalles— habló agarrándome del brazo.

Y sé que tendré que contarle todo ya que apenas tenemos trabajo pues en esta temporada ( pleno octubre) no vienen tantos turistas pero en las vacaciones de invierno vienen tanto turistas como familiares a celebrar la Navidad.

Nos sentamos en el lobby tras es mostrador tal como mi amiga había dicho.

— Dime¿ Tú querías besarlo?— me interrogó

— Isha yo no lo sé— confesé derrotada— Nunca he dejado que un chico se me acerqué pero él, Thomas es diferente...es como si lo conociera de toda la vida— fruncí el entrecejo y arrugue la nariz— es díficil de explicar. Cuando estoy con él siento que todo eso lo he vivido antes.

Mi mejor amiga empezó a aplaudir como esos monitos de cuerda que tienen platillos y antes de que dijera algo fuimos interrumpidas por la campanilla.

— Hola— saludó tímidamente levantando la mano—¿ Tienen una habitación para mí?

“¡ Toby!” exclamamos al mismo tiempo viendo en el estado en el que se encuentra su rostro. Isha corrió a agarrar su maleta sin importarle que estaba usando ese traje de sirvienta que había pedido para Halloween que según ella atraía a clientes masculinos jóvenes y por mucho que me gustaría negarlo tiene razón pero me estoy desviando del tema.

Le entregué la llave de una de las habitaciones: la 28 y Aisha subió las escaleras para dejar su maleta allí y rápidamente bajó.

—¿ Efectivo o tarjeta?— preguntó apoyándose en la barra.

—¿ Perdón?— le pregunté anonada por las heridas en su rostro.

— ¿Qué si aceptan tarjetas de crédito? Estaré al menos una semana.

— Sí aceptamos tarjetas de crédito— respondió mi amiga igual de sorprendida que yo.

Tras el pago lo seguimos al comedor donde Nico estaba en la barra de bebidas a dónde fue directamente. El beso, bueno casi beso dejó de tener importancia así que nos sentamos junto a él.

— Un wisky doble con hielo por favor— dijo acomodándose en el taburete con una mueca de dolor— Te ves guapa en ese vestido pequeña— intentó sonreír pero no pudo debido a la inflamación en su mejilla y labio.

—¿ Cómo acabaste así?¿ Te peleaste en un bar?— tuve el descaro de preguntar.

Déjenme describirle cómo quedó el mayor de los Taylor. Una ceja partida con dos puntos mariposa, la mejilla derecha con un moretón al igual que el ojo y el labio partido dejando de lado que tiene un inmovilizador en el brazo.

—¡ Oh!¿Esto? Todo esto me lo hizo Tommy. Intenté sacarlo de su habitación y que fuera a la escuela pero comenzamos a gritarnos y acabamos peleando. Mala idea pues parecía entrenado por mercenarios— rió como si fuera algún chiste que su hermano 7 años menor le haya dislocado el hombro.

Isha y yo nos miramos y miramos al hombro asustadas— No fue nada grave en unas semanas estaré bien.

—¿ Quién es capaz de hacerle tanto daño a alguien que quiere?— espetó mi amiga.

— Alguien que sufre mucho— se apresuró a decir el mayor—¿ Alguna vez han visto un veterano de guerra? Yo sí y ellos esconden mucho sufrimiento en los ojos y ví lo mismo en él cuando entré a su habitación... cómo sí cargará con tantas muertes.

Nos quedamos en silencio y él sólo continuó bebiendo hasta llegar a la embriaguez y ya que Nico tenía que irse a su trabajo de noche Isha y yo tuvimos que subirlo a rastras con mucho cuidado para no lastimar su hombro. Lo metimos en la tina y le quitamos la camisa y le dimos un baño frío y lo acostamos.

— Casi lo mata— susurré mirando los moretones por todo su pecho.

— Creo que no deberíamos dejarlo solo— dijo ella y yo asentí— sí quieres yo me quedo con él.

Miré a mí amiga incrédula de que solo lo cuidaría hasta que sus sentidos volvieran a la normalidad.

—¿ Crees que me lo violaría en ese estado?— alzó las cejas como si fuera algo obvio y pues sí no creo que pueda hacerle mucho si apenas puede moverse.

— Está bien— suspiré dejándola con el borracho para volver a casa.

El clima húmedo de Inglaterra volvió haciendo que sobara mis brazos por el frío y sentí caer un abrigo en mis hombros.

— Vine a ver cómo está Toby pero no me atrevo a entrar— habló sin siquiera mirarme creo porque yo tampoco me atrevo.

Alcé un poco la vista debido a la diferencia de altura y me quedé fría como un muerto al ver que su cabello está realmente corto; se ven las raíces rubias y la mitad con rastros de negro. Sus ojos se ven opacos y su mirada vacía. Sólo seguí caminando sin apartar la mirada de él y él sin apartarla de en frente. No dijo una palabra y yo tampoco hasta llegar frente a la casa.

— Que descanses Camy— susurró cerca de mi oído y me besó en la mejilla.

Cruzó la calle. Grité su nombre haciendo que se detuviera antes de abrir la puerta.

— Descansa Tommy— junté mis manos alrededor de mi boca  para amplificar el sonido.

Sólo sonrió y entró a su casa a la vez que yo entraba en la mía.

Me senté en la isla con un sándwich de jamón al que apenas le preste atención. ¿Acaso de verdad quería que me besara? Negué frenéticamente solo es otra de las tácticas de mi mejor amiga para envenarme la cabeza

La ciudad de los recuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora