Thomas Sangster, El Padre De Mi Hijo ~Segunda temporada~ CORRIGIENDO ORTOGRAFÍA

Capítulo 22

Habían pasado dos días desde el nacimiento de mi bebé.
Desde que había dejado la silla de ruedas el día anterior, ya que el doctor dijo que estaba bien, estaba casi todo el tiempo posible en cuidados intensivos neonatales.
Thomas no estaba, ya que hace un par de horas había ido a la casa para darse un baño, y dejar la ropa sucia que tengas, y hace poco me había mandado un mensaje diciendo que se demorará un poco más ya que se quedaría a comer ahí, yo ya había comido lo que me llevaron las enfermeras, por lo que decidí ir a ver a mi bebé.

Me encontraba prácticamente sola en la colorida sala, ya que todos estaban comiendo o descansando.

El día anterior, mientras mirábamos a nuestra bebé, Thomas y yo habíamos decidido su nombre.

Keira Valentina Sangster O'brien.

Mientras observaba a mi bebé, pude escuchar unos bajos sollozos, al ver por toda la habitación, pude divisar a un joven en una esquina de la habitación, justo al lado de una incubadora. Él cubría su rostro con ambas manos y sollozoba bajito.
Además de las enfermeras, éramos los únicos en la sala.

Me acerqué al chico lentamente.

-¿Estas bien?-miré la incubadora preocupada, para ver si había ocurrido algo con el bebé, pero este parecía dormir tranquilamente, aunque también lleno de cables. Él asintió pero los sollozos se seguían escuchando-Tranquilo, ¿Qué sucede?

-Es que... No sé que hacer.

-¿Quieres hablar conmigo?

-Estoy tan asustado y perdido.

-¿Cómo te llamas?

-Soy Charlie.

-Yo soy ______, ¿Cuántos años tienes?-realmente se veía muy joven.

-Diecisiete.

-¿Quieres contarme que sucede?

-Yo... Estoy solo y muy asustado

-¿Qué sucedió con la mamá de tu bebé?

-Murió... mi bebé apenas se salvó-sollozó-Fue a comprar comida, un antojo que le dio, y se vio en medio de un robo, donde hubo tiroteos... ella no sobrevivió, pero aguantó todo lo que pudo para que mi bebé pueda nacer. Yo estaba trabajando cuando me llamaron.

-Lo siento mucho.

-Yo no sé qué hacer... Amo a mi hijo, pero no sé si soy capaz de cuidarlo sólo. Tengo tanto miedo.

-¿Y tus padres?

-Ellos me dieron la espalda y me hecharon de la casa cuando se enteraron del embarazo de Minerva. Los llamé hace un rato para contarles pero no me contestaron. Los padres de ella también nos dieron la espalda... nos quedamos solos y ahora yo estoy solo.

-Vas a ver que vas salir adelante.

-No sé cómo, apenas me alcanza el dinero para el alquiler y comer un poco, y ahora los gastos aumentaron.

-¿Estudias?

-Iba a comenzar mi primer año de psicopedagogia, pero creo que voy a tener que dejar eso de lado y dedicarme a trabajar mucho más para mantener a mi bebé.

-Espera, ya regreso-Caminé hasta la incubadora de mi bebé, y revisé la pequeña taquilla al lado de esta, tomé una mantita de color crema, con el estampado de un osito marrón en una esquina, y volví a caminar junto a él.

-Mira, ten, quiero darte esto para tu bebé. Y tranquilo, ya está lavada y desinfectada.

-Pero... Es de tu bebé.