Juramento

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Cuando Mariam abrió los ojos se encontró solo en una cama fría, la habitación estaba oscura y se sintió desorientado.

Miró el techo de la habitación intentando pensar pero se sintió muy vacío y muy solo, como se había sentido en los días en los que se apartó de David.

Miró al rededor y lo siguiente que vio fue a David mirándolo desde una silla.

No lo vio con claridad porque no había mucha luz en la habitación, pero por su figura supo que era él.

Mariam intentó ver bien a David pero no pudo por la poca luz.

Imágenes de la noche anterior pasaron por su mente mientras recordaba, había sido hermoso, pero muy vergonzoso también ahora que lo pensaba con la cabeza fria...

Había dejado que David lo desflorara, le había dicho cosas vergonzosas y había gémido como un animal, recordó.

-¿Te duele?- Le preguntó David lléndo a su lado.

Mariam quiso evitar contestarle porque le daba mucha vergüenza, sentía que se estaba poniendo rojo, aun así negó con la cabeza, nada le dolía, solo se sentía cohibido, avergonzado.

Sintió que no tenía sentido sentirse así porque aunque no habían llegado hasta el final las veces anteriores antes habían hecho otras cosas muy intensas en la intimidad y no le había dado nada de vergüenza.

-¿Te gustó?- Le preguntó David preocupado al verlo con una expresión confusa y de vergüenza. Tenía miedo de que Mariam se arrepintiera de lo que habían hecho la noche anterior.

Mariam movió la cabeza asintiendo, se sentía algo aturdido, pensó que se había sentido muy bien la noche anterior, maravilloso, pero en ese momento algo no estaba bien.

Se sentía como si aún estuviera igual que en los días anteriores a esa noche, sin David y solo en esa habitación, se sentía como se sentía cuando entre tanto insomnio por fin se dormia y soñaba con David.

Cuando se despertaba después de soñar con él, al notar que todo había sido un sueño, lo rodeaba una sensación de anhelo y desolación total que lo mareaba.

En ese momentó sintió como si aun estiviera en esos días sin David y lo que había pasado entre ellos la noche anterior no había sido real, sólo uno más de sus sueños.

-¿Mariam?- Lo llamó David al sentirlo algo extraño.

Mariam por su parte no sabía que pasaba, sin dudar sentía vergüenza pero había algo que lo hacía sentirse no tan bien, quería quitarse esa sensación de irrealidad.

David tocó sus mejillas con ambas manos para llamar su atención y porque estaba preocupado.

Mariam sintió ese toque y entendió porque se sentía así, David estaba muy lejos, no podía sentirlo si estaba tan lejos...

Él se acercó a David hasta abrazarlo, la temperatura de su cuerpo y su agradable olor puso todo en su lugar, su vergüenza y esa sensación de vacío y silencio de antes se desvaneció.

Hizo que David se acostara con él pegándose lo máximo que podía a su cuerpo, lo abrazó hasta que se quedó dormido de nuevo.

Al despertar de nuevo David estaba con él, a su lado, despierto jugando en su celular.

Al notar que despertaba David lo saludó -¿Cómo estás? ¿Te duele algo?- Le preguntó dejando de lado su celular y tocando su frente para ver si tenía fiebre, aunque apenas hace un rato lo había estado sosteniendo contra su cuerpo no estaba de más cerciorarse.

Mariam iba a mentir solo para no exagerar pero fue sincero -Si, tengo algo de dolor, pero creo que es normal después de anoche... ¿Te gustó?- Le preguntó mirando sus ojos, sentía que a David si le había gustado pero quería estar seguro.

DEL OTOÑO VIVIENTE. ♥ Omegaverse.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora