Volver a Empezar.

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Mariam se tiró en la cama y suspiró de alivio, que semana, se dijo. La semana entera había sido un caos total.

Primero estaba lo de su primo, el pobre Henri estaba muy mal debido a su ex, que no hacía si no llamarlo, el muy estúpido de verdad creía que si hablaba con Henri éste lo perdonaría, pero no, Henri no quería saber nada de él, de verdad Diego lo había arruinado.

¿Todos los Alfas eran tan idiotas? ¿De verdad creían que después de romperle el corazón a los Omegas estos correrían a sus brazos de nuevo una y otra vez? ¿En qué pensaban?.

Henri estaba tan decidido a olvidar a Diego que era admirable.

Diego había lastimado tanto a su primo que debido al dolor emocional su primo ahora tenía un retraso en su celo, se suponía que hace una semana debió haberlo tenido pero Henri estaba demasiado deprimido para eso.

La semana entera tuvo que vigilar a su primo e insistirle para que comiera, también intentó subirle el animo, pero fue en vano, simplemente Henri estaba muy triste.

Él pensaba que se casaría con Diego, tendrían hijos y pasarían la vida juntos, y lo entendía, Diego había sido su primer Alfa, después de haberse enamorado de Diego su primo no tuvo ojos para nadie más, y ahora que él lo había traicionado seguro estaba demasiado confundido sobre el futuro... De nuevo ¡¿Por qué los Alfas eran tan idiotas?! ¿Por qué tenían que arruinarlo en primer lugar y luego pedir disculpas como si el alma se les fuera si no eran perdonados? como él, como David...

¿Que haría con David? Lo había estado evitando olímpicamente toda la semana y aunque quisiera sabía que no podía seguir así, tenía que hablar con él, pero cada vez consideraba la idea de siquiera acercarse a él el corazón se le aceleraba y recordaba ese sentimiento de hace unos días, ese sentimiento tan dominante que al intentar descifrar lo que era lo hacía querer salir corriendo asustado.

Sí, era un cobarde, pero es su defensa... No tenía que disculparse ni justificarse con nadie, él solamente tenía muchas cosas en la cabeza y David era la más problemática de todas.

El torneo de Tenis se había adelantado, y ahora sólo tenía tres semanas para practicar y ganar, porque planeaba ganar ese torneo, era uno de sus objetivos para su último año de escuela y nada podría quitárselo de las manos, toda la semana había practicado como poseso intentando recuperar el tiempo perdido, sabía que la competencia sería muy fuerte ese año... "David"...

-¡Cállate Maldición! intento pensar- Le gritó a su lobo que insistía en ponerselo en la cabeza, y ese precisamente era otro de sus problemas ¿Cómo podía concentrarse en las clases y el torneo de tenis si su lobo no lo dejaba?

Desde que David lo había tocado su lobo estaba fastidiando para que fuera a verlo, como si con sus pensamientos sobre esa noche y las noches anteriores no fueran suficiente.

Y entonces a partir de allí, justo allí, surgía otro enorme problema, sólo se ponía caliente con David, sólo se excitaba con él, y por si fuera poco después de ese problema le seguía otro, el que realmente le asustaba, ese sentimiento... -AAAh- Gritó. No quería ni pensar en eso.

Su teléfono sonó y para darse un descanso de su mente contestó -¿Hola?-

-Hola bebé-

-Alex- ¡Alex!, Mierda se había olvidado por completo de la existencia de Alex, y eso que era su novio... O algo así ¿Qué le diría sobre David a él?.

-Así que si estás vivo, hace una semana no se nada de ti ¿Qué pasó?-

-He estado muy ocupado, como no te imaginas Alex, me voy a volver loco- Se quejó con él para desahogarse.

DEL OTOÑO VIVIENTE. ♥ Omegaverse.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora