La primera vez que llama.

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"No me quejaré por eso"

¿No me quejaré por eso?

Por supuesto que se quejaría por eso,  David de verdad no lo había dejado dormir en toda la noche.

¿De dónde había sacado tanta energía?

Pervertido y desconsidera... Bueno aunque no podía quejarse del todo, no cuando él no había sido mejor.

En realidad había llegado un momento donde el que había provocado a David había sido él, no tenía excusa, sólo que David lo volvía loco, además le había hecho todas esas cosas con sus manos y con su boca que de sólo recordarlo se ponía caliente otra vez, David era tan sensual...

Aun así lo había trasnochado y por eso ahora tenía sueño, pero no podía darse el lujo de quedarse un día más en la cama cuando, como primero, tenía que asistir a clase, como segundo, tenía que entrenar para el torneo de Tenis, sólo tenía tres días para practicar.

Se quitó el brazo de David de la cintura y se levantó de la cama con delicadeza.

Luego se duchó y arregló para la escuela, miró a David dormir y sonrió, que guapo era, tenía al Alfa más sensual del mundo durmiendo en sus sábanas.

Realmente lo tenía todo.

Menos el celo, pero ¿Para qué necesitaba tener el celo si tenía a David que lo ponía incluso más caliente?.

David se despertó y con una mano buscó a Mariam frunciendo el seño al no encontrarlo.

Se levantó y lo buscó pero era evidente que no estaba.

Suspiró, se había levantado antes que él y se había largado, aunque se sintió irritado con eso David lo dejó ser, él también tenía que regresar al mundo real, seguramente tenía toda una pila de documentos en su escritorio.

Cuando David regresó a la casa con toda la ilusión y las ganas de verlo se llevó una gran desilusión al no encontrarlo en su habitación ni verlo durante la cena, él no apareció, ¿Dónde había ido?.

David realmente estaba muy preocupado, ya iban a ser la diez de la noche y Mariam nada que llegaba.

De pronto su celular sonó, ponía en el identificador de llamadas "Mi dueño" Rápidamente contestó.

-¿David?- Era la voz de Mariam.

-¿Dónde demonios estás?- Le preguntó preocupado.

-En un club nocturno, escucha, es el que queda al final de la autopista principal, "El Rey Azul" Ven aquí, es urgente, llámame en cuanto llegues, le diré al tipo de la entrada que te deje pasar.-

-¿Qué diablos estás haciendo tú allá? Para empezar-

-David tengo que irme, intenta no demorarte, esto... Se puso peligroso- Y diciendo esto Mariam colgó.

David no necesitó más y con eso salió corriendo, ni siquiera se había quitado el traje del trabajo... Lo bueno era que tenía su confiable 45 en el auto.

Condujo como alma que lleva el diablo.

Al llegar al lugar ni siquiera le habló al guardia, lo empujó y entró, uno de seguridad se fue detrás de él pero se calmó en cuanto David le puso el arma en la mejilla con rapidez. Estaba tan preocupado por Mariam que no le importaba hacer escándalo.

Miró esa multitud de gente y pensó en cómo carajos encontraría a Mariam entre ese mar de personas, no sabía que ropa llevaba, tampoco encontrarlo por el olor, con toda esa gente sudando al bailar era imposible.

DEL OTOÑO VIVIENTE. ♥ Omegaverse.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora