Noche estrellada.

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Ya en la mansión David ponía crema cicatrizante sobre las pequeñas heridas de las manos de Mariam.

Mariam observó que David tenía en su rostro una sombra de barba creciente de al menos dos días y ojeras marcadas, pensó algo culpable que aunque David se veía muy cansado seguía atendiéndolo sin quejarse...

Antes David lo había hecho beber sopa, lo había ayudado a tomar un baño y ahora en lugar de descansar se veía muy concentrado curándolo.

Cansado como estaba David seguía dándo lo mejor de él y se esforzaba en atenderlo,  lo trataba suave y calidamente y Mariam sólo podía pensar en que tenía mucha suerte de tener a David con él.

David era bueno, compresivo y muy guapo, definitivamente tenía mucha suerte y se sentía agradecido con la vida por él.

No quería volver a pelear jamás con él, todavía se sentía culpable por decirle cosas feas...

Alzó las manos posando las palmas sobre las mejillas de David acariciandolas suavemente para sentir el vello creciendo en su piel, quería que David descansara y se desestresara.

David recibió la caricia y tomando sus manos besó la parte interna de su muñecas para después intentar bajarlas y seguir poniendo crema, pero Mariam no quiso dejar de tocar su cara, no le importaban las heridas de sus manos en ese momento, teniendo a David delante estaba más interesado en admirarlo y seguir tocándo su cara.

David lo observó tocarlo y se sintió confundido por la manera en que estaba actuando, así que le preguntó -¿Qué pasa?¿Te sientes bien?-

Mariam asintió con la cabeza  mirándolo.

David no entendía porqué Mariam lo miraba así, pero ya que él no se sentía mal pensó que no era nada de que preocuparse.

-¿Cómo te hiciste esas cortadas en las manos?- Le preguntó por fin.

Mariam miró sus labios y tragó, tenía muchas ganas de que lo besara.

-Me caí con un vaso de vidrio en las manos... Cuando intenté levantarme me corté- Le contó queriendo besarlo.

David se lo imaginó y sintió mucho remordimiento en su corazón, Mariam débil en el suelo y con sus manos heridas era una escena terrible, deseó haber estado cerca para poder ayudarlo -Disculpame por no haber estado- Le pidió David sincero, odiaba saber que Mariam había estado enfermo y él no había estado para ayudarlo.

-Eso fue un accidente, no fue tu culpa- Le contestó no queriendo que David se culpara por algo que se le había salido  control a él. Además, no quería hablar de eso, quería dejarlo atrás, sólo quería que él lo besara por fin...

-Si fue mi culpa, debí haber estado aquí cuando te enfermaste- Dijo David besándo su mano de nuevo.

- Yo no soy un bebé, no puedes estar cuidandome siempre...- Incluso el mismo se sorprendió de lo que dijo.

Aunque dijo eso sabía que con David actuaba como un niño posesivo y caprichoso que deseaba que David lo mimara siempre... Se dio cuenta de pronto de que tenía que cambiar, quería ser un amante para él, no un crio.

No sabía que hacer, David lo trataba como a una princesa y amaba eso, no quería ser una molestia pero tampoco quería que David lo dejara de tratar como lo hacía...

-Es mi deber cuidarte, no quiero verte lastimado- Le dijo David.

-Pero soy tu novio, no debes responsabilizarte por mi siempre. Aunque sea tu novio eso no te obliga a tener que cuidarme... Soy tu novio, no tu bebé- Dijo Mariam al sentír que tenía que dejar de hacer que David pensara que cuidarlo era un deber.

DEL OTOÑO VIVIENTE. ♥ Omegaverse.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora