Cap 4: Ese chico rebelde

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La llegada al castillo fue como siempre, entraron en el gran comedor para ver la elección del sombrero seleccionador y tomaron una copiosa cena. Hermione nunca recordaba una cena tan rica. El menú era el mismo de todas las cenas de bienvenida, pero era mucho mejor porque sabía que ese año no se tendría que enfrentar con la muerte cara a cara de nuevo, ni tendría que ver más gente morir, ni…

-Hermione estás muy callada-dijo Harry- ¿En qué piensas?

-Pienso en que este año no nos vamos a tener que jugar la vida- dijo Hermione. Todos empezaron a reír.

Mientras ella hablaba con Ginny escuchaba como Ron y Harry hablaban sobre un partido de quidich que habían ido a ver en el verano y que ya tenían que reservar los asientos para el siguiente partido. No se lo querían perder por nada del mundo.

-Estoy cansada, creo que me voy a dormir ya, buenas noches chicos ¿Ginny vienes?- preguntó Hermione.

-No, luego subo, me voy a quedar un ratito con Harry y con Ron.

Hermione subió a la sala común de Gryffindor y se dirigió a su habitación. En todo el trayecto no se pudo quitar de la cabeza a Malfoy. ¿Acaso le gustaba aquel chico que siempre la hacía sufrir?

                                                                                                                                                                                                               

Draco llegó a la sala común de Slytherin. Todo el mundo se quedó callado cuando este entró por la puerta. Lo acusaban de ser un cobarde por abandonar a Voldemort y le echaban la culpa de la muerte de Goyle.

Draco los miró. Habría gritado a todo el mundo que qué estaban mirando, que lo dejaran en paz, y todo el mundo le habría hecho caso. Pero en su lugar, se dirigió a la escalera y subió a su habitación.

Cuando llegó se tumbó bocabajo en la cama e inconscientemente derramó unas lágrimas. ¿Cómo podía estar llorando? Él era Draco Malfoy, el príncipe de Slytherin, el terror de los chicos, el Dios de las chicas, un chico que aplastaba a cualquiera con sólo mirarlo, un chico al que todo el mundo respetaba, un chico de carácter rebelde…

Pero ahora todo se derrumbaba. Todos a los que creía sus amigos le daban la espalda. Se levantó de la cama, se dio una ducha de agua caliente y se fue a dormir.              

Cambios para nosotros, MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora