Cap 6: No os metáis en mi vida

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A la mañana siguiente, Hermione, se despertó tarde. Era viernes y había que aprovechar, ya que sólo tenía unas cuantas clases por la mañana y el resto del día libre. Se lavó los dientes, se dio una ducha y bajo a la sala común a esperar a sus amigos. Mientras los esperaba se posó en sus manos una carta. En el sobre solamente ponía: PARA HERMIONE.

Esta abrió la carta y leyó:

Hermione, sé que a lo mejor no te apetece, pero es que necesito hablar contigo sobre algo importante. Si quieres saber de qué se trata, reúnete conmigo en la biblioteca a las 11:30.

                                                                                                       Draco

Hermione miró su reloj. Eran las 11:25. Se fue a la biblioteca corriendo sin esperar a que sus amigos llegaran.

Cuando entró en la biblioteca intentó buscar a alguien que se pareciera a Malfoy, pero nada, ninguno era o se parecía al rubio. De pronto noto como la cogían de los hombros.

-Sabíamos que caerías en la trampa.

Se giró, para su desgracia no era Draco. Eran Harry y Ron.

-Sabemos que te gusta "El Hurón"- dijo Harry.

-¿A mí? Venga, no digáis tonterías, sois muy mayorcitos para creer eso.

-Por eso que somos mayorcitos, tenemos experiencia y conocemos esa cara que pones cada vez que se te acerca- dijo Ron con cara de odio.

-Dejadme en paz, vosotros no sois nadie para meteros en mi vida ¿Queda claro? A nadie le gusta que se metan en su vida privada y si me gustara Malfoy sería mi problema no el vuestro- gritó Hermione enfurecida mirándolos a los dos.

Salió de la biblioteca llorando, había perdido la noción del tiempo y del espacio. Sin darse cuenta se chocó con alguien.

-Granger, parece que te gusta chocarte conmigo.

-Lo siento Malfoy- dijo Hermione llorando y continuando su camino.

El rubio la agarró de las muñecas.

-Eh, no pasa nada tranquila- miró a Hermione a los ojos y la vio llorar- ¿Qué te ha pasado para que estés así?

-Mis amigos, que a veces me fastidian con las cosas que hacen.

-¿Te has enfadado con ellos?

Hermione no respondió, se limitó a bajar la cabeza.

-Ya veo- añadió Draco en tono comprensivo- mira Hermione- era la primera vez que la llamaba por su nombre- sé que no nos hemos llevado nunca bien, pero si necesitas algo de mí dímelo ¿Vale?

Esta levantó la vista, miró al rubio y le dio un abrazo. Él se quedó un momento quieto, no se lo esperaba, pero en seguida reaccionó y también la abrazó.

-Venga, que te acompaño a clase, ahora tenemos transformaciones con McGonagall- la cogió de la mano y se dirigieron los dos al aula.

Todas las personas con las que se encontraban se quedaban paradas viendo juntos a la pareja imposible.

                                                                                                                                                                                                                 

¿Cómo no me había dado cuenta antes? Ella es perfecta. Lo tiene todo. Es guapa, inteligente, buena, cariñosa…

Ya no me importan los prejuicios que mi padre me enseñó sobre la sangre pura e impura. Yo la quiero a ella, y ahora que la conseguí, nadie me la va a quitar.

Parece haber cambiado. Ya no es el mismo niño arrogante que me ha torturado durante tantos años. Parece que se ha vuelto más sensible. Sus ojos tienen un brillo especial que nunca había visto en otros. Me gusta de verdad.                                                                                                                                                    

A la hora de la comida, Hermione se dirigía al gran comedor. Cuando entró, vio a todos sus amigos sentados en la mesa juntos, y a Malfoy de nuevo solo.

Cogió una bandeja y se sentó a su lado. Miró adonde estaban sentados sus amigos, todos estaban boquiabiertos viendo la escena. Nunca se lo podían haber imaginado. Granger y Malfoy. Su Hermione con aquel imbécil.

-Hola- dijo Draco- ¿Qué tal la mañana?

-Normalita-respondió la castaña- ¿y la tuya?

-Podría haber sido peor- los dos rieron.                                   

Se quedaron un rato callados. Draco se quedó mirando fijamente a la castaña. Malfoy se quedó hechizado mirándola. Esos ojos color miel… le encantaban. Acto seguido miró para la mesa de Gryffindor. ¿Cómo se podía haber juntado Hermione durante tantos años con aquellos que, a ojos de Draco, eran solamente unos niñatos?

-Hermione- comenzó a hablar el rubio- ¿quieres que hagamos algo esta tarde? Si no tienes planes claro.

Hermione lo miró a los ojos. Los de él eran de un tono grisáceo mezclados con una mirada seductora.

-Claro que no tengo planes- le dijo sonriendo- me parece perfecto que salgamos.

-Genial! Pues entonces quedamos a la 6:30 en el campo de quidich, tengo entrenamiento- aclaró- y luego nos vamos directamente a Hogsmade.

-Vale pues entonces voy a arreglarme- dijo levantándose.

Draco vio como Hermione se alejaba. ¿Cómo le había hecho sufrir tanto? Ella no se merecía eso. Terminó de comer, se levantó y se fue a entrenar con Slytherin.

Cambios para nosotros, MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora