→•'∞'•←
Una boda que no le pertenecía con un hombre a quien no quería.
Eso era lo que le estaba pasando en ese momento al joven sirviente de belleza espléndida que servía a la gran Familia Jiang de la Ciudad de YunMeng en la mansión del Muelle de Loto, que pertenecía a la Principal gran Familia Jiang.
Su Joven Ama Jiang YanLi, era una de las tantas Doncellas solteras que había sido seleccionada por parte del Ministerio Imperial Lan para crear una alianza con el Emperador por medio del matrimonio y sobre todo por qué era la única ciudad que no había concretado, ni rendido respeto al Emperador como las otras grandes ciudades, ofreciendo a su principal Doncella en matrimonio al Emperador.
— Padre, yo no me quiero casar con el Emperador — intervino la sollozante voz de la Joven Jiang YanLi con lágrimas en sus ojos desbordándose sobre sus mejillas — yo amo al Joven heredero del Duque Jin — sintiendo un poco de vergüenza por lo revelado, la joven Ama Jiang declaró arrodillada frente a sus padres y hermano menor.
Hacía unas cuantas horas un eunuco del Imperio había llegado con el decreto de mandar a su Principal Joven Doncella para concretar una alianza entre la ciudad de YunMeng y la Ciudad Imperial de Gusu Lan por medio del matrimonio entre ella y el Emperador, algo que Madam Yu no soportaba. Pues a su criterio su hija merecía mucho más que un simple puesto de Concubina, su hija era para que tuviera el título de Consorte - (Primera Esposa) - de cualquier Joven heredero de las importantes ciudades vecinas e inclusive que fuera poseedora del mismo título de Emperatriz, pero al saber que no se le iba a otorgar ese puesto ni uno de alto rango, no estaba dispuesta a entregar a su preciada hija al Emperador, así que no iba a permitir que ella fuera a ser una simple Concubina de cualquier bajo rango.
— Esa decisión no está ya en nuestras manos con el decreto impuesto nada se puede hacer, además de obedecer la orden establecida — Jiang FengMian declaró sin saber qué hacer, ni querer solucionar ese problema.
El Marqués Jiang, había conocido al Emperador desde que era un pequeño niño hasta que se volvió un adolescente y no supo cómo o cuándo dejó de ser ese serio Joven respetado por todos, admirado y deseado por las jóvenes doncellas para ser ese Emperador que era en esos momentos.
Todos le temían, su respeto se basaba en el miedo cada vez que sus brillantes orbes Dorados los miraban transmitiendoles su característica frialdad y severidad. El deseo hacia él se apagó, ninguna Doncella de las importantes ciudades, regiones y reinos vecinos querían caer en el harem que se encontraba encerrado dentro de Imperio por el miedo a desaparecer como se había hecho saber había pasado con sus otras concubinas según las personas, gracias a que no se habían vuelto aparecer ante el público desde su unió.
Así que esa no era la vida que Madam Yu deseaba para su hija, por lo tanto iba hacer lo que tuviera en sus manos para que eso no sucediera. Además de que el Emperador no les iba a ofrecer ningún trato benefactor, pues Madam Yu había estado muy al pendiente de los cuatro anteriores matrimonios del Emperador y a ninguna de las grandes familias se le había visto favorecidas por el Emperador después de haberse llevado a cabo el matrimonio con sus respectivas Doncellas, así que sería solo una pérdida de oportunidad al enviar a su hija con él.
— Pues yo no voy permitir que mi hija se case con alguien que ella no quiere — demandó Madam Yu furiosa, a pesar de que es no era una decisión que dependiera de ella.
Por lo que abandonando el pabellón de reuniones en la que se encontraba junto a su familia discutiendo tal situación, Madam Yu fue al único lugar en el que sabía podía estar en paz, al descargar su furia con la única persona que se mantenía callado y no decía nada cuando su tortura empezaba.

ESTÁS LEYENDO
La Gran Emperatriz Lan
FanficWei WuXian un leal sirviente de la familia Jiang fue entregado al Gran Emperador Lan WangJi, en cambio de la heredera Jiang YanLi sin que el Emperador lo notara. Todos sabían que el Gran Emperador era una persona sabia de pocas palabras, sin un Har...