12.

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—¿Y?, ¿Cómo les fue?, ¿Qué tal estuvo el viaje?— la rubia se recargó sobre la barra tapizada con un juego de mármol. Alzó una ceja mientras miraba a su amiga preparar un café.

—Bien, normal— la morocha se encogió de hombros— sólo fue un viaje rápido para poder entregar todas las invitaciones de la boda a la familia de Agustín.— se volvió a encoger de hombros y miró a su amiga mientras llevaba la taza de café hasta sus labios.

—Bueno sí, sé porque fueron, pero a lo que me refiero— dejó de hablar un momento y al igual que su amiga, tomó un sorbo de café— pero quiero que me cuentes todo, quiero saber que hicieron además de entregar las invitaciones— de nuevo dejó la taza sobre la barra y centró toda su atención sobre su amiga— se fueron por tres días y no creo que durante esas setenta y dos horas se la hayan pasado entregando invitaciones, seguro Agus te llevó a que conocieras algún lugar, o te presentó algunos viejos amigos.

Carlina no contestó nada, se recargó sobre el mesón y sin poder evitarlo empezó a recordar su viaje con su prometido. Debía confesar que en un inicio le pareció una horrible idea y se había arrepentido de haber ido después de haber conocido a Tamara, sin embargo, después de que conoció a la familia de Agus y sobre todo, después de ese momento tan romántico que tuvieron en el lugar favorito de Agus, le pareció que haber hecho ese viaje fue la mejor decisión que pudieron haber tomado.

—Por esa cara y esa sonrisita me imaginó que el viaje estuvo mejor de lo que creí— la voz de Valentina logró sacarla de sus pensamientos, logrando que sus mejillas se pusieran rojas como jitomates por el comentario de su amiga. Ni siquiera se dio cuenta del momento en que sonrió como tonta al recordar ese último momento en Córdoba con su prometido— vamos, cuenta todo.— la rubia se acomodó en el banco frente a la barra y esperó a que su amiga se acercara a donde estaba ella para contarle todo.

Carolina miró una vez más a su amiga y al ver el entusiasmo en sus ojos mezclado con la curiosidad, supo que no tenía otra opción, tenía que contarle todo a su amiga o esta no descansaría hasta lograr obtener toda la información que quería.

—Bien— suspiró rendida, logrando que su amiga soltara un pequeño gritito de emoción que provocó que la morocha soltara una risita mientras se acercaba a ella— te lo voy a contar todo, pero hay una parte que en especial no le puedes decir a nadie, por nada del mundo.— dejó la taza de café sobre la barra, a un lado de la de su amiga y miró seriamente a su amiga, dándole a entender que hablaba en serio.

Valentina frunció un poco el ceño sin entender porque tanta confidencialidad, pero asintió.

—Está bien, si así lo quieres tú, yo lo respeto— la morocha le regaló una sonrisa en forma de agradecimiento— además, tú sabes que yo no voy por la vida contándole a todo mundo sobre lo que me platicas, eres mi mejor amiga y sé que hay muchas cosas que me cuentas que deseas o necesitas que nadie más sepa, así que por eso yo jamás fallaría a tu confianza, y lo sabes.— Carolina asintió, ella conocía a la rubia desde hace unos años y durante todos los años de amistad que llevaban, la rubia jamás la había traicionado y estaba completamente segura de que jamás lo haría, porque ella tampoco la traicionaría.

—Bien— volvió a suspirar después de darle las gracias— pues en realidad no hicimos gran cosa en el viaje— se encogió de hombros— sólo entregamos las invitaciones— observó como su amiga la miraba con cara de "eso ya me lo dijiste, yo quiero que me digas algo nuevo", por lo que antes de que su amiga dijera algo cuando abrió la boca, se adelantó— pero en los momentos en lo que no estábamos haciendo eso, pues pasamos mucho tiempo con los papás de Agus y con Santy.

—¿Cómo está Santy?— preguntó la rubia, ella se llevaba muy bien con el hermano de Agus desde que había conocido al segundo en las grabaciones de "Aliados", por lo que logró llevarse bien con su hermano Santy.

Te amo (Aguslina) (TE #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora