Te amo (Aguslina) (TE #3)

25.

No pudo ver bien a la bebé porque llevaba un mameluco que la cubría casi toda, hasta la cara, sólo se lograban ver dos hermosos ojos color miel con una leve tonalidad de verde.

Y al ver esos preciosos y maravillosos ojos, una gran y extraña sensación de familiaridad y emoción recorrió todo el cuerpo de Carolina y sin poder evitarlo comenzó a llorar mientras un nombre escapó de sus labios:

—Nati...

La mujer rubia se tensó cuando escuchó a alguien decir ese nombre detrás de ella, por lo que tomó entre sus brazos a su hija mientras lentamente se giro hasta quedar de frente a la persona que acababa de decir aquel nombre que deseaba nunca escuchar en su vida.

Jadeo de sorpresa, incluso dio un respingo cuando sus ojos chocaron con unos ojos avellana con leves tonalidades de verde. Conocía esos ojos, conocía todos los rasos faciales de ese rostro, conocía a la mujer frente a ella, y por primera vez en su vida se sintió cohibida, se sintió menos y sintió terror, porque la joven frente a ella era la persona que menos deseaba ver en su vida, porque era la única capaz de arrebatarle de las manos lo que más ama en el mundo.

—¿Disculpe?— Camila, la chica que le ayudaba a cuidar de Elizabeth fue quien preguntó hacia la chica frente a ella. La cual solo las observaba fijamente.

Carolina en cuanto chocó con los lindos ojos azules de la mujer rubia no pudo apartar la mirada, no había nada que la hiciera dejar de mirarla, porque por alguna razón sentía que conocía a esa mujer o que debía conocerla.

Ninguna de las dos dijo nada pese a que Camila había vuelto a repetir la pregunta, Julia y Carolina se dedicaban a observarse, como si evaluaran que tan real era la otra.

Julia por su parte no podía creer que frente a ella estaba la chica que diversas veces llegó a ver en las noticias hace casi once meses, no podía creer que era la chica que en varias ocasiones por curiosidad buscó en Internet, incluso leyó su biografía, así que sabía muchas cosas de ella, como su cumpleaños, los proyectos en los que ha trabajado, así como su historial laboral, datos sobre su familia, su actual novio y prometido, pero sobre todo sabía información sobre la hija muerta que la actriz argentina tenía. Misma hija que en realidad no murió y por cuestiones del destino justo en ese momento se encontraba en sus brazos, así que sintió terror, no podía permitir que por nada en el mundo esa chica perturbara su vida, porque ella era la única que podría arruinar su vida y su felicidad.

Carolina por su parte no sabía de dónde conocía a la mujer frente a ella, realmente comenzaba a creer que nunca la había conocido hasta ese momento, sin embargo, había algo en ella que no le permitía apartar la vista, era como si algo o alguien le dijera que no le quitara los ojos de encima porque no era una simple mujer rubia con la que se toparía en la vida, algo le decía que ella era más, y ella quería saber porqué. Además, no olvidaba el hecho de que estaba en ese lugar porque quería ver a Alejandro, el mismo Alejandro que tanto daño le causó a ella y a Agustín, el mismo Alejandro con el que acababa de hablar, él mismo que le hizo daño hasta casi matarla. Ella era esa visita contra la que él atentó, ella era el motivo por el cual esa pobre enfermera le negó el paso a la rubia.

Y de hecho, Carolina se dio cuenta o en realidad recordó todo lo que esa mujer le dijo a la enfermera. Logró escuchar que era Julia Montes, y por la forma en que dijo su nombre y como trató a la enfermera, dio a entender que ella era una mujer importante, tal vez no en Argentina, pero si en España, o su familia eran personas importantes con poder que fácilmente podían dejar sin empleo a la pobre enfermera. No tenía ni idea de quien era la mujer frente a ella, pero comenzaba a deducir que no era sólo una mujer de dinero que disfrutaba vestir de marca, era alguien más, y así como fue capaz de humillar a una pobre chica por hacer su trabajo y así ella conseguir lo que quiere, algo le decía que era capaz de hacer algo más.