-Ma-má- la mujer rubia de ya unos treinta años, abría su boca y pronunciaba con gran énfasis la palabra en pequeños monosílabos- princesa, di ma-má.- repetía una y otra vez mientras que la pequeña niña seguía sin entender que le decía la mujer. Sólo veía como abría grande su boca para pronunciar una palabra.
-Cariño- el hombre que recién llegaba a la casa, se acercó a su querida esposa y a su ahora hija- el pediatra ya nos había dicho que dirá su primera palabra hasta que cumpla el año, apenas tiene nueve meses, no la presiones.- negó con la cabeza, se agachó hasta dar un beso en la pequeña frente de la nena que jugaba con un elefante de peluche.
-Ya sé, amor, pero no sé, sabes que he esperado demasiado porque alguien me llame mamá que no sé si pueda esperar todavía tres meses más.- suspiró frustrada y se tiró exhausta en el fino sillón aterciopelado mientras que su esposo seguía intentando quitarle el dumbo de peluche a la nena.
-Ay, mi vida- miró apenado su esposa y tras desistir de intentar quitarle el peluche a Elizabeth, se sentó a un lado de su mujer y acarició su mejilla- sabes que ya pronto llegará ese momento, tú eres la mamá de Eli, y lo primero que dirá será mamá, eres la mejor mamá en el mundo.- le regaló una cálida y sincera sonrisa.
-Creeré eso hasta que mi pequeña me lo diga.- habló firme, tomó en brazos a su pequeña y esta de inmediato comenzó a llorar en cuanto sintió como el pequeño peluche resbalaba de sus manitas.
Enrique se agachó hasta alcanzar el peluche, lo tomó entre sus manos, miró a la nena y vio como esta hacía puchero mientras estiraba sus bracitos hacia el peluche, como pidiéndole que se lo diera.
-No entiendo porque le gusta tanto este peluche, si tiene mejores y más grandes.- habló sin entender el hombre y en cuanto le regresó el muñeco a la nena, esta dejó de llorar y abrazó emocionada a su pequeño dumbo.
-Tal vez porque fue su primer peluche- comentó algo irritada Julia mientras veía el peluche- ese muñeco y la cadenita que tengo guardada es lo único que le dieron sus papás antes de que nos la dieran- suspiró e hizo una mueca al ver lo feliz que ese peluche podía poner a su hija- no sé cómo no los tiramos.- esta vez miró a su esposo.
-Son los únicos recuerdos que tiene de sus papás, y después de lo que pasó, creo que es lo menos que podíamos darle para que los tenga presentes para siempre.- habló sincero, desde que vio en las noticias como esos jóvenes buscaban desesperados a su hija, supo que se habían equivocado, y aunque sea quería que la niña tuviera un recuerdo de esas personas que en el fondo nunca la abandonaron.
-Nosotros somos sus papás- miró mal a su esposo- si accedí a que se quedará con esa porquería- señaló al peluche- y la cadenita esa, es porque son los primeros regalos que tuvo, y no es bueno quitarle a un bebé lo primero que le den.
-Ella no había tocado ese peluche hasta después de un tiempo- le recordó Enrique- si dejaste que se los quedara, fue porque yo te lo pedí, porque en el fondo tú y yo sabemos que sus papás nunca se deshicieron de ella, ellos en realidad la amaban, y lo menos que podíamos hacer era dejarle a su hija lo único que pudieron darle antes de que se la quitáramos, por eso aceptaste, porque sabes la crueldad que hicimos.
-¡Agh!, ¡ya callate, Enrique!- exclamó molesta- ¡parece que te arrepientes de haber adoptado a Elizabeth!, ¡tienes que decidir si estás de mi lado o del lado de esos mocosos que no iban a darle la vida que merece a NUESTRA HIJA!- habló más que molesta, tomó a su hija en brazos y se levantó para ir directo a la habitación de la nena.
-¡Estoy de tu lado!- habló rápido Enrique y se acercó a Julia antes de que esta subiera las escaleras- pero tienes que aceptar que estuvo mal lo que hicimos- suspiró- no me arrepiento de ello, porque amo a Elizabeth, pero me es imposible no sentirme culpable después del mal que causamos- se acercó a su esposa, pero esta dio un paso hacia atrás mientras veía mal a su marido- siempre te voy a apoyar, pero no hay día que no recuerde haber visto a esos jóvenes llorando por su hija.
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Te amo (Aguslina) (TE #3)
FanfictionLos años pasan pero los recuerdos se quedan, y el espejismo de lo que pudo haber sido su vida perfecta siempre estará ahí, rondando en su cabeza. ¿Al fin podrán ganar todas las batallas y salir adelante juntos? ¿Llego su momento de ser felices? ¿Pod...