Después de unos días, llego el tan esperado día para Agustín, él y Carolina acababan de llegar al lugar donde nació y donde vivió toda su infancia. Lo emocionaba ver a su familia a la cual no veía desde hace años, exactamente desde que se mudó a Buenos Aires, amaba vivir ahí y más porque así pudo conocer al amor de su vida, sin embargo su familia siempre ha estado con él y no verlos seguido como cuando era niño lo ponía triste en algunas ocasiones, aún así intentaba no sentirse mal, sabía que para cumplir sus sueños debía arriesgar algunas cosas, y una de esas cosas, lamentablemente era su familia. Por eso, ese fin de semana vería a toda su familia y recuperaría el tiempo perdido.
Carolina por otro lado estaba nerviosa, nunca había conocido a toda la familia de Agus, solo a sus papás, abuelos y a su hermano. Sabía que tarde o temprano conocería a todo Bernasconi que tuviera algún vínculo genético con su prometido, así como todo Aspirate, sin embargo ella pensó que sería hasta el día de la boda, pues ya se había hecho la idea de que sus suegros entregarían las invitaciones por ellos, pero hubieron cambios de último momento y ahora se encontraban esperando a que Claudia abra la puerta, mientras Carolina espera junto a su prometido y el padre de este.
-Llegaron, que emoción.- expresa con entusiasmo Claudia. Se hace a un lado y deja que Caro entre primero y seguido de ella su hijo junto a su marido, los cuales cargan las maletas de la pareja.
-Ya necesitaba estar en casa aunque sea unos días.- sonríe Agustín mientras examina toda su casa, buscando ver si se encuentra igual que cuando se fue.
-Voy a dejar sus maletas a tu antiguo cuarto.- señala Diego y Agustín asiente dándole las gracias. Carolina cuando aceptó ir a Córdoba, pensó que se quedarían en un hotel pero su suegra insistió en que se quedaran en su casa y convenció muy fácilmente a Agustín. No era que le desagradara la familia de Agus o su antigua casa, solo que él también le prometió que tendrían tiempo a solas, y eso sí que lo deseaba ella ya que por el trabajo del morocho pasaban muy poco tiempo a solas.
Además que le daba pena estar de gorrona en la casa de sus suegros.
-Caro, ven, te quiero presentar a mis compadres- la señora jala a Caro hasta la cocina- se emocionaron cuando les dije que Agus vendría así que desayunarán con nosotros- Carolina al entrar a la cocina observa a un montón de gente desconocida. Había un señor como de la edad de Diego, tenía un bigote muy grande y canoso, no podía evitar pensar lo gracioso que se veía. Al lado del señor bigotes de brocha, estaba una mujer como de la edad de Claudia, solo que se veía un poco más grande que su suegra, estaba algo llenita y se veía que también era baja de estatura. Y de pie, había una hermosa chica como de la edad de ella, llevaba en sus manos un plato con un montón de panqueques, sin embargo la comida no era lo que le llamaba la atención pese a que moría de hambre, sino lo hermosa que era aquella chica. Tenía una melena rubia, lacia y muy larga, le llegaba casi a la cintura, era alta, casi como de la estatura de Agus, tenía unas caderas muy marcadas y grandes, y aún así estaba muy delgada, se notaba su vientre plano con esa blusa de tirantes que en realidad parecía brasier por lo corto que estaba. Y su cara, vaya, no encontraba ni una imperfección en ella, tenía unos labios gruesos y unos ojos verdes grandes con unas pestañas largas, largas. Realmente era hermosa- Caro, ellos son Martina y César, mis compadres y esa hermosa jovencita es su hija, Támara.
-Mucho gusto, linda- se pone de pie Martina y Caro comprueba que sí es baja de estatura como pensó en un principio. Busca de reojo a Agus pero no lo ve, seguramente subió las maletas junto a Diego- Clau nos ha hablado tanto sobre ti que ya moríamos de ganas por conocerte.
-Gracias, el gusto es mío, Agus también me ha hablado mucho de sus padrinos, los quiere mucho.- sonríe amablemente la morocha.
-Y nosotros a él, es un chico increíble, lo queremos como a un hijo por eso deseábamos mucho con conocer a su prometida.
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Te amo (Aguslina) (TE #3)
FanfictionLos años pasan pero los recuerdos se quedan, y el espejismo de lo que pudo haber sido su vida perfecta siempre estará ahí, rondando en su cabeza. ¿Al fin podrán ganar todas las batallas y salir adelante juntos? ¿Llego su momento de ser felices? ¿Pod...