Amor en Octubre

Capitulo 27

Sin editar.

Olivia

—¿Lo conoces? — La chica que se iba a quedar con mi tacon le pregunta a la pelirroja, que como la llamo Derek, su nombre es Stella.

—¿A Derekchito? Si.

—¿No pierdes la vieja costumbre? — Mi novio alza una ceja divertido.

—Joderte con tu nombre es mi pasión. — Me mira entrecerrado sus ojos, es más baja que yo y me aguanto la risa. — Stella.

Extiende su mano.

—Olivia.

—Mi novia — Stella abre los ojos sorprendida y lo felicita.

—¿Por fin sentaste cabeza? Wow — Derek cierra los ojos un poco fastidiado. Ahora la que alza las cejas sorprendida soy yo.

—¿Cuánto tiempo llevan?

—Pronto dos meses.

—Tu relación más larga — Le guiña y me quedo en shock. — ¿Quien amargó a Renzo? — Señala al chico castaño. El de cabello lindo, la chica y el otro me señalan a mi y a Derek.

—¿Quien es Renzo?— Pregunta el pelinegro que tengo como novio.

—El que le arrebato la mano a tu novia — La chica de piel morena habla. Luce incluso más joven que yo y solo tengo diecinueve. — Elena.

Me saluda con la mano, es bonita.

—Y el es Geovanni, piernas lindas — ¿Dante? El de cabello lindo me presenta al amigo.

—¿Ya le pusiste un apodo? — Le pregunta Stella.

—Si — Rueda los ojos como un niño y me rio.

—¿Caminamos por ahí? — Le pregunto a Derek y el entrelaza nuestras manos.

—Claro. Fue lindo encontrarte de nuevo — La chica abraza a Derek y yo miro a Dante.

Dios, su cabello se ve sedoso.

—Antes de irnos — Freno con Derek y me giro — ¿Aplicas algo en tu cabello? — Hablo con Dante.

—Es de familia— Se echa el cabello hacia atrás.

—Adiós.

Me despido.

—Asi que Stella — Molesto a Derek y el pasa sus brazos por mis hombros.

—¿Molestas a tu novio con otra chica? — Pregunta y asiento. — Wow.

Me besa y correspondo.

—Derek...— Me separo — ¿Y las maletas?

Abre los ojos y se rasca el mentón. Sonrio tratando de mantener la calma.

—Estan con el guardia...están con el guardia — Sigue repitiendo lo mismo, y yo le entrego las bolsas a él, indignada.

—Voy por las maletas — Habla y yo ruedo los ojos. Me dan ganas de empezar a refutar pero recuerdo que dejo las maletas ahí por mi.

Cambio mi rostro a uno de amor.

—Vamos por las maletas, cariño — Mi voz sale aguda.