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Pudding de queso

KALEISHA NADAI

El chico sale sin aviso alguno, con su rostro siendo perlado por una densa capa de sudor y sus manos que parecen temblar por los espasmos que su cuerpo va dando.

Al parecer no es consciente de cómo su cuerpo actúa, ni como su chaqueta de lona comienza a ser empapada por su propio sudor o que en un punto de su caminar, una de sus cintas se desata haciéndolo caer.

Debería ayudarlo, aunque sea a cruzar la calle. Pienso, pero cuando entro en cuenta, Lói ya ha ingresado al elevador, sin volver atrás.

Y yo, como toda una cobarde, no logro mover ni un solo músculo para ayudarlo. El miedo recorre desde la punta de mis pies hasta la última hebra de mi cabello antes de dar un paso afuera de mi espacio.

— ¿el chico estará bien, no? — pregunta Annie, sacando solo su cabeza por la puerta. Doy un pequeño salto luego de escucharla y con una última mirada hacia el camino que Lói había recorrido, levanta su ceja sugerente — su cabello es genial.

— sí, él estará bien... ¿te despertó? — pregunto preocupada desde la puerta, ella niega con su cabeza y una sonrisa ladina.

— no duermo. Bueno, hoy no tengo sueño — entonces termina por abrir la puerta y sentándose a la orilla de la salida de su espacio, ladea su cabeza —, toma asiento — me señala desde su nivel y yo sonrió aun sin comprender —. Siéntate, Kale, no pasará nada.

— ¿do...dónde? ¿Aquí? — Señalo el suelo aun confundida por su petición — ¿por qué?

— Hablemos, me da sueño cuando la gente habla y tu no dejas de hablar... — sonríe con supuesta inocencia y yo me limito a apretar los labios. ¿Debería limitar mis palabras? — Es broma, solo siéntate allí.

— Claro — digo segura y tomo asiento al instante — ¿tienes algún tema del que quisieras hablar? Puedo traer mi laptop y buscar preguntas.

— Háblame de ti.

Es en ese momento donde siento como todo mi cuerpo es ajeno a mi alma, mi mente viaja al "¿quién soy yo?" Sin respuesta. No puedo decir con claridad algo de lo que probablemente aun no estoy segura de conocer.

Tragando el nudo que se forma en mi garganta, rio, porque por ahora es lo que mejor tengo como excusa.

Debes parecer muy segura de ti. Me recuerdo.

— bien, pero algo en específico has de querer saber ¿no?

— ¿volviste a hablar con Tira? — murmura — Si te molesta, no respondas.

— no volví a hablar con ella, está pasando su tiempo con... — cierro mis ojos tratando de recordar el nombre de aquella chica, sin embargo, no llega a mí —, con ella.

— Vanessa — se rie —, esa chica. Volvió de un mini tour que hizo en el norte del país, donde por cierto casi nadie la conocía. Siempre hablaban de ella y su gran estilo para vestir, pero a decir verdad, no le veo gran cosa, es muy fácil usar un vestido corto y zapatillas deportivas.

Annie siempre ha sido muy sincera con sus pensamientos, así mismo no tiene cuidado al expresarlos. Llega a ser un poco cruel y le importa poco cómo reacciona la otra persona. Es una chica bella y de apariencia débil, pero solo debes ponerle un dedo encima para que veas que no es como tal.

— ella, bueno, no quiero darle tantas vueltas al asunto — digo sincera mientras juego con mis manos y evito su mirada —, tal vez es mejor que esté con Vanessa.

Beso de MedianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora