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Flan de chocolate

LÓI MOLLY

De nuevo he sido lo suficientemente cobarde.

Nunca me he visto en la necesidad de huir, sin embargo, ahora no solo me siento cobarde por hacerlo si no que también, como un completo culpable. Aquella abusiva pigmentación de culpabilidad está en mi mente como la mancha de chocolate en mi delantal.

Sabia el significado de aquel poema, sentía el cambio de ambiente dentro de aquellas cuatro paredes; sabía que ella no estaba bien y a pesar de todas las señales no hice nada para mejorar, si quiera, un poco de su noche. Hubiera dejado que hablara de los patos, o que preguntara cualquier tontería, hasta podría haber escuchado la historia de la vez que perdió el examen. Aunque claro, no es algo que me tomara por obligación.

En que momento llevar postres a aquel lugar se convirtió en algo que me preocuparía al cabo de días. Ahora con mis manos apretando fuertemente la masa soy consciente de todo el tiempo que he estado pensando en ella y en lo poco productivo que he sido al tenerla dentro de mi cabeza.

— Chloe, ¿me dijiste dos para llevar? — pregunto saliendo de mi cocina, la cajera esta revisando unas últimas cuentas y sonríe — ¿Chloe?

— sí, jefe, es la segunda vez que se lo confirmo — me hace saber con un deje humorístico en su tono de voz, a lo que yo solo niego y regreso para empacar los panes de banano y miel.

— están listos entonces — grito desde mi espacio. La cajera entra rápido y los toma, debe salir, no obstante, su mirada viaja a mi aspecto — ¿necesitas algo más?

— jefe ¿está bien? — pregunta dando un paso hasta mí.

— sí ¿por qué preguntas? — devuelvo un poco confundido por su preocupación, y retrocedo al momento en que ella da otro paso hacia mí — oye...

— jefe, tiene mas ojeras que ayer — atina a decir —. Además, le repetí dos veces una orden, es muy extraño que usted no lo escuche a la primera — agrega hasta ponerse al frente y un poco mas cerca de mi rostro.

— todo bien por este lado, Chloe, gracias por...

— si necesita algo puede decirme — me avisa y da una vuelta dispuesta a irse, pero entonces una conversación llega a mi cabeza que decido detenerla.

— solo algo... — se detiene y gira, mientras me mira con una ceja levantada — uhm... ¿te juzgarías a ti misma por lo qué los demás dicen? — sé que algo en común tengo con Chloe, así que espero poder confirmarlo con mi pregunta. Yo tengo mi respuesta clara, no obstante puedo pedir otras perspectivas. Ella ladea su cabeza tratando de entender a que quiero llegar y cuando parece tener la respuesta, se apoya en la encimera.

— no — dice por primera instancia —, las personas actuamos diferente con diferentes personas — asimilo un poco de sus ideas y cuando lo logro hacer ella agrega —: con usted puedo actuar de una forma y con mis amigas de otra, y no solo por el hecho de que usted sea mi jefe, jefe. Además, si me conozco lo suficiente, se que las palabras de las personas no afectará la forma en la que me miro.

— comprendo. Gracias, puedes volver a trabajar — ella asiente y termina de salir de mi cocina. Entonces, estoy de acuerdo. Kaleisha ha tomado en cuenta muchas veces las críticas, no importando que estas no le ayuden del todo a crecer o a mejorar, si es que tiene algun defecto.

Un suspiro prolongado escapa de mí, regresándome casi al instante en lo que estoy haciendo. Los pastelillos de queso han quedado horneados a la perfección, solo faltan ser empacados y expuestos en las estanterías del local para ser vendidos, cuando escucho el último pedido de la cajera desde afuera, sonrió. 

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⏰ Última actualización: May 05, 2023 ⏰

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Beso de MedianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora