Me había quedado dormida en los brazos de Draco una vez más, la barrera de almohadas ahora completamente removida, las suaves almohadas blancas esparcidas por todo el piso. Draco me confundió, un segundo me odió con las tripas, insultándome y haciendo todo lo posible para hacerme la vida difícil. Al siguiente, él estaba ahí para mí, disfrutando de mi afecto, brindándome un hombro para llorar y labios para besar.Es por eso que cuando me desperté con un frío espacio vacío a mi lado, solo suspiré exasperada. Me levanté de la cama como de costumbre, preparándome. Sonreí para mí misma mientras me ponía la corbata grande de Draco, todavía no habíamos cambiado desde ese día. Los tiempos eran mucho más sencillos entonces. Era difícil de creer que solo habían pasado unos meses.
Aunque odiaba admitirlo, extrañaba a Goldie. La extrañaba escupiendo esos comentarios sucios, siempre con una sonrisa, dando consejos sobre los chicos. Me pregunté dónde me equivoqué, tal vez podría haber evitado que su corazón roto la lastimara.
Caminé por los pasillos extrañamente vacíos, mi mente en las nubes.
—Oye, t/n. —me llamó una voz profunda, tirándome hacia ellos gentilmente.
—Blaise. —dije, mirando sus profundos ojos marrones, sonriendo.
—Te ves bonita por cierto. —dijo, sonriéndome, con una expresión bastante culpable en su rostro. A diferencia de muchos otros Slytherin, Blaise siempre me había tolerado, tratándome como si fuera un ser vivo, en lugar de alimañas. —Mira, pensé en decirte, no te mereces esto pero-
Blaise respiró hondo, y yo también. —Continúa.
—A Draco le gustas mucho, sabes. —dijo, la sonrisa en su rostro se volvió amarga. —Incluso si él no lo demuestra, eres de lo único de lo que habla.
No pude evitar tener esa sensación de mariposa en mi estómago, la que sentía con tanta frecuencia estando cerca de Malfoy. Me liberé de eso.
—Gracias Blaise, eso significa mucho. —le dije, —Pero me temo que no me está diciendo algo.
—Estás bien. —dijo, —Acabo de entrar y vi a Goldie y Draco.
—No otra vez. —murmuré, mirando mis zapatos, sintiendo todo el aire succionado fuera de mí.
—Solo se estaban besando. Pero lo sé, ella está enferma, completamente enferma. Por cierto, tengo algunas de esas fotos, ahora son todas cenizas. —Blaise dijo gentilmente.
—Mhm, ella realmente lo es. —dije ansiosamente, —Muchas gracias Blaise, me encantaría seguir hablando contigo, pero tengo algunas cosas que hacer ahora, porque ya sabes, un día escolar tranquilo no existe.
—Buena suerte con todo t/n. —dijo Blaise, colocando una mano en mi hombro con ternura. —Y por muy malo que parezca, dale a Draco una oportunidad. Fácilmente todo podría ser un malentendido, conoces a Goldie.
—Gracias de nuevo Blaise. Haré mi mejor esfuerzo.
Desaparecí por los pasillos de Hogwarts, mi estado de ánimo era completamente diferente al nostálgico que estaba sintiendo esta mañana.
De repente, pensé en las palabras que Draco había dicho anoche. Huele raro.
Vi una cabeza desordenada de cabello oscuro. Harry.
—¡Potter! —grité, haciendo que Harry se volviera y me mirara, con una mirada verdaderamente encantada en su rostro.
—t/n. —Harry dijo con tristeza, —Escuché sobre Goldie y Draco, lo siento mucho.
—Deja la mierda. —rompí. —Realmente te estás rebajando con una poción de amor para manipularme, ¿eh?
—¿Poción de amor? —preguntó Harry sin comprender.
—Puedo ser una basura en pociones, pero ningún chocolate huele así. —me sonrojé, esperando que Harry no me pidiera que describiera a qué olía mi Amortentia.
—Goldie me dio los chocolates como regalo después de que yo... folle con ella. —dijo Harry, luciendo completamente confundido. —Los regalé de vuelta, eso era todo lo que tenía.
Odiaba a Harry y era un actor realmente terrible. Esta vez fue diferente, se veía realmente desconcertado.
Goldie me conocía, sabía que me gustaban diferentes chocolates. Ella específicamente había hecho todo lo posible para que Harry los dejara, para sabotear mi vida amorosa una vez más.
—Si me disculpas. —dije, suspirando. —Tengo a alguien a quien asesinar.
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𝐀 𝐃𝐨𝐮𝐛𝐥𝐞 𝐁𝐞𝐝 ━━ 𝐷𝑟𝑎𝑐𝑜 𝑀𝑎𝑙𝑓𝑜𝑦
Fanfic𝓐 | Era ligeramente aterrador cómo cambiaba el humor de Draco; un momento estaba compartiendo su afición por mí, al siguiente me llamaba puta y exigía que me desnudara ante él, y por mucho que odiara admitirlo, me encantaba. En el que eres forzada...