𝐀 𝐃𝐨𝐮𝐛𝐥𝐞 𝐁𝐞𝐝 ━━ 𝐷𝑟𝑎𝑐𝑜 𝑀𝑎𝑙𝑓𝑜𝑦

𝐓𝐡𝐢𝐫𝐭𝐲 𝐅𝐨𝐮𝐫

*Contenido maduro*

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Mis ojos se abrieron aún más, la sensación de que él confesara me hizo sentir entumecido por la conmoción y la adoración.

—Y yo te amo Draco Malfoy. —susurré, —Y no me avergüenzo en lo más mínimo.

Draco soltó un pequeño gemido, su manera de dejar salir todo el estrés y la preocupación, una señal de alivio casi animal. Draco me agarró por la cintura, bruscamente, pero al mismo tiempo como si yo fuera la cosa más delicada del mundo.

Colocándome encima de él, su cuerpo sin camisa, los pantalones de chándal de algodón, acercando sus labios a los míos de una manera tan desesperada y anhelante que me dolía el corazón. Lloriqueé en su boca mientras sus manos se deslizaban por el camisón que había comprado, una mezcla de los anillos y sus dedos fríos causaron que mi piel se pusiera la piel de gallina.

—Y te odio por eso. —Draco gruñó, —Te odio por ser tan jodidamente perfecta, te odio por hacerme tan vulnerable, te odio por hacerme rodar en mis sábanas por la noche, pensando en tu cuerpo perfecto , toda la noche, entera.

Mordí el labio de Draco, además de odiar lo mucho que me había enamorado del tipo que solía disfrutar de las burlas y los atormentos, y probablemente todavía lo hacía, pero de una manera diferente y más perversa.

Las uñas de Draco rasparon mis muslos mientras se quitaba el camisón, tan desesperado por verme. No me importó cuando sentí las marcas rojas en la superficie, de hecho, el ligero pinchazo se sintió bien, tan bien que me hizo sentir culpable por disfrutarlo.

—Te jodidamente anhelo. —Draco murmuró, —Cada segundo de cada día, siempre estás en mi mente. Pensé que siempre seríamos... amigos, y eso es como mucho.

—Solía ​​odiarte tanto. —susurré, —Queriendo verte caer muerto de rodillas, pero ahora estoy de rodillas por ti.

Con otro suave gemido, Draco se bajó los pantalones de chándal, el color gris del, mostrando un poco demasiado de lo excitado que estaba, moviendo sus labios hacia mi cuello, su lengua y dientes haciendo las marcas que ya estaban aún más oscuras de la manera más placentera.

—Voy a follarte como si te odiara. —dijo Draco, besando mi cuerpo con rudeza, mordiendo los puntos blandos. Desabrochando mi sostén, los labios perfectos de Draco se movieron hacia abajo, esas marcas rojas se desviaron hacia abajo. Al igual que nuestra primera noche juntos, Draco me arrancó las bragas con los dientes. Esta vez, el collar que le había dado se deslizó contra mi piel desnuda, el metal frío me hizo aún más húmedo.

—Mi pequeña puta perfecta. —Draco murmuró, besando el interior de mis muslos, y por primera vez, sentí que realmente lo decía en serio. Esas palabras me hicieron sentir mariposas más agradables que cualquier otra.

Cuando el agarre de Draco se apretó alrededor de mi muslo, supe que no sería tan gentil como lo era en ese momento. Sabía que todavía me amaba, sin embargo, mostró amor de una manera diferente, una manera que dejó lágrimas corriendo por mi rostro, una manera que hizo que mis piernas temblaran y mis ojos se volvieran hacia atrás, una manera que me hizo gritar su nombre una y otra vez de nuevo.

Apreté mis piernas, tratando de que Draco no viera lo húmeda que estaba por él, tan desesperada por su toque. Dejé escapar un pequeño grito cuando la mano de Draco se encontró con mi coño en una dura bofetada, el movimiento envió espirales de placer a mi clítoris.

—Abre tus malditas piernas puta. —Draco espetó, separándolas con brusquedad, sus dedos recorriendo suavemente mi coño hacia arriba y hacia abajo. —No dudaré en abofetearte de nuevo.