Las manos de Harry subieron su camisa lentamente, acariciando toda la piel que iba siendo expuesta pero sin detenerse en algún punto. Tomó la orilla de la prenda y le indicó a Draco con el mismo tono de voz que llevaba usando:
—Muerde.
Draco le observó con vergüenza antes de tomar la orilla de su camisa con los dientes, dejando así su pecho en disposición a las morbosidades de su mejor amigo.
Harry llevó los labios a su cuello, soplando justo atrás de la oreja de Draco, enviando así una corriente de anticipación por todo su cuerpo. Pegó la boca a su pulso y chupó, chupó con fuerza, era obvio que el muy desgraciado quería hacerle una marca. Pero con lo vulnerable que se sentía en esos momentos, Draco no pudo detenerlo, solo cerró los ojos ante el asalto que pasó a recorrer cada espacio de su pálido cuello.
Cinco o seis chupetones después, Harry bajó hasta su clavícula. La delineó con los dientes de forma tentativa mientras sus manos acariciaban el vientre tenso de Draco.
Llegó a los pectorales. Se quedó mirando los pezones erectos y rosados del rubio con una expresión extraña, pero Draco no tuvo tiempo de taparse cuando la mirada de Harry vagó hasta su estómago, donde empezó a lamer y mordisquear, sacándole uno que otro sonido ahogado. Toda esa zona era un punto erógeno para él, y Harry —el muy maldito— lo sabía y lo aprovechaba.
Una húmeda lengua se deslizó fuera y dentro de su ombligo, y Draco se sintió temblar ansiosamente, su camisa atrapando los jadeos que deseaba soltar.
Ni cuenta se dió cuando los labios de su mejor amigo subieron de nuevo hasta su pectoral izquierdo. Lo notó cuando la punta de la lengua rozó su sensible pezón. Se estremeció, Harry lo rodeó con sus labios y chupó. Empezó a succionar el botón con un morboso sonido húmedo que repercutía en la polla de Draco, sintiendo su pezón dolerle y ponerse hinchado mientras Harry lo estimulaba con su lengua.
—¡Mm, Harry! —abrió la boca cuando sus dedos subieron hasta su otro pezón, jalándolo sin cuidado. Dolió, dolió mucho. Draco no entendía porqué su polla estaba sacudiéndose dentro de sus pantalones, él no era masoquista.
Harry liberó su mojado pezón para mirarle con reproche. Su camisa se había interpuesto entre su boca y el botoncito.
—Mal, Draco —negó con la cabeza. Pasó su brazo por debajo de él para alzarlo, silenciosamente exigiendo que se quitara la camisa.
Draco lo hizo con movimientos torpes, sus dedos no respondían ante las olas de calor mezclándose con su sangre. Cuando por fin tuvo su pecho desnudo, Harry le ayudó a quitarse los pantalones, quedando solo en la vieja ropa interior verde con escudos de Slytherin.
Irónicamente, esto no le apenó ni un poco. Muy al fondo de su nublada mente, él sabía que en esos momentos Harry llevaba ropa interior a juego.
Más allá de eso, cuando notó cómo su amigo se sonrojaba por verlo, se confundió un tanto, terminando por removerse incómodo.
—¿Algo mal? —dijo ruborizado.
Harry negó y bajó la cabeza de nuevo, tomando el otro pezón entre sus dientes para así tirar suavemente, jugando con el pezón dentro de su boca.
Draco jadeó y aferró una mano en la camiseta de Harry, enterrando sus cortas uñas en la tela para intentar controlarse y no gemir como quería hacerlo.
Cuando el pezón estuvo lo suficientemente duro según Harry, y todo su pectoral estaba lleno de saliva, lo liberó y subió para besar al rubio en la boca, deslizando sus labios lentamente mientras paseaba las manos por sus suaves y tonificados muslos. Draco suspiró y le regresó el beso de esa forma tan atontada que hizo a Harry gruñir y hundirle la lengua en la garganta. Quizás se excedió un poco, ya que Draco sufrió una arcada que lo obligó a separarse.

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Estrechez
FanfictionHarry está sexualmente frustrado. Aceptó el dejar de pensar en el sexo como algo prioritario para salir con una chica de manera formal, correcta. Cuando finalmente es novio de Ginny y deciden tener relaciones, él no está feliz de que ella no sea pr...