Estrechez

Capítulo 12

Harry pasó saliva mientras veía a Draco observarlo sin parpadear. Nunca creyó que fuera capaz de mirar a alguien —a él— de una forma tan fría y poco expresiva.

Se obligó a sí mismo a reír un poco y acercarse a Draco, ignorando por completo la presencia de Blaise.

—Llegas en buen momento, tu padre a veces me saca de quicio, amigo —le dijo metiendo una mano en su bolsillo delantero, ladeando ligeramente la cadera hasta apoyarse más que nada en el pie derecho—. Solo habla mierda de ti, justo estaba diciendo cosas que-

—Y por lo visto tú estabas a nada de sentarte y tomar té con él, ¿no?

Harry alzó las cejas asombrado por el tono hostil de Draco, que lucía incómodo después de decir aquello. Normalmente, él jamás habría insinuado algo como esto, ya que el ojiverde detestaba la hipocresía del señor Malfoy y su mera coexistencia en la vida de Draco era tan tensa que casi podía cortarse. Si Draco sugería que Harry estaba de acuerdo con toda la mierda que soltó Lucius de su amigo, estaba claro que había una o dos cosas por aclarar.

—¿Por qué dices eso? —dijo, tratando de demostrar un desinterés que claramente no sentía.

Draco se punzó el interior de la mejilla, antes de sacudir la cabeza de lado a lado, una sonrisa simple forzándose a lo largo de sus labios.

—Era broma, no me prestes atención.

Harry arqueó una ceja.

—Uhm —asintió, incrédulo pero resignado.

Draco, para su sorpresa, tomó a Blaise del antebrazo y lo tironeó a su lado, apresándolo por la cintura mientras seguía sonriendo de esa forma tan... rara. Harry miró la cintura de Zabini con desconcierto y algo que parecía enojo, aunque eso no tendría sentido a su parecer.

—Eh, disculpa, ¿me perdí de algo? —parpadeó con un falso tono divertido.

—En realidad, sí. Te tengo una buena noticia —como Harry no dijo nada, Draco continuó, pegando su mejilla al hombro del contrario—. Blaise y yo somos novios, a partir de hoy.

Harry solo pudo mirar como Blaise se inclinaba para dejar un beso en la frente de Draco, afirmando lo dicho.

Eventualmente, él no reaccionó como debió. Solo pudo apretar los labios para evitar que una carcajada saliera, aunque sí sacudió los hombros mientras un sonido se atoraba en su garganta.

—Estoy seguro de que lo eres —dijo tranquilamente. Draco y Blaise fruncieron las cejas, confundidos por su reacción.

—No estoy jugando, nosotros somos novios.

—Por supuesto que lo son, Draco —concordó.

El rubio se le quedó mirando atentamente, un poco nervioso por lo que inspiraba Harry. Él... como que no sabía interpretar su mirada ni su sonrisa, era tan escéptica, pero, en cierta parte, daba un sentimiento de recelo.

—Potter —dijo Blaise, avanzando un paso con seguridad—. De verdad me gustaría que dieras tu visto bueno a mi relación con Draco. Es importante para él, ya sabes, eres su mejor amigo.

Harry lo miró de pies a cabeza, y si Draco fuera una chica, de seguro se mojaría al ver a dos chicos tan guapos analizándose de esa manera tan desafiante. Era cómo si ambos expulsaran pura testosterona por los poros.

Y el que ya Draco haya follado con los dos no ayudaba mucho al ambiente.

—¿Dar mi visto bueno, hm? —repitió Harry para sí mismo.

Blaise asintió con la cabeza.

—Draco de verdad me gusta desde hace tiempo, sé que puedo darle lo que quiere y necesita. Pero me gustaría primero tener tu aprobación.