—¿Estás bien?
Harry llevó su mirada cuando escuchó la voz de Draco, preocupada. Su mejor amigo lo miraba como si fuese un hipogrifo sin pico, aunque él no entendiera en ese momento la razón.
—Por supuesto —sonrió levemente—, ¿por qué?
Draco frunció el ceño y volvió a mirar aquel espejo que, después de un simple encantamiento, empezó a funcionar bastante bien como proyector. Harry accidentalmente había explotado su televisor y este, por desgracia, no se podía reparar con magia, así que ahora solo tenían ese sucio espejo pegado a la pared.
—Estamos viendo a esta tipa sumamente caliente y no pareces ni un poco interesado. ¿No es suficiente para sentirme intranquilo?
Harry suspiró abatido. Draco tenía razón. El espejo mostraba una película muggle de un trío bisexual. Los hombres eran sexys y con un porte de dioses griegos, perfecto para Draco; La actriz era rubia con unos pechos grandes y unas piernas preciosas, lo ideal para Harry.
Era perfecto para el disfrute de una amistad hetero-gay, y esto era completamente normal entre ellos desde hace años, pero Harry no estaba en sí como para comportarse como usualmente haría, comentando sobre la técnica sexual, alabando los senos de la chica o burlándose de Draco diciéndole que él desearía ser el sumiso cuando el hombre más grande le hizo una felación. Lógicamente su amigo se preocupaba al notarlo sumamente callado.
Pero es que, joder. Él no podía siquiera mirar la vagina de la actriz sin sentirse profundamente incómodo. Hace dos días que había pasado lo de Ginny y ese día la visitó por la mañana para no levantar sospechas.
Como él previno, la chica tuvo ganas de continuar lo que su hermano había interrumpido, pero Harry había sido más inteligente y, justo cuando ella estaba por sacarse las bragas, él recibió un vociferador de Hermione, donde la chica le lloraba diciendo que su novio le había terminado y ahora necesitaba a Harry para consolarla.
Cabe destacar que Harry le había pedido el favor, calculando el tiempo necesario que le tomaría llegar a la casa de Ginny, saludarla y mantener una charla trivial hasta llegar a la cama, le indicó a Mione que se lo enviara a las once con catorce minutos exactamente, y así lo hizo. Tan buena actriz, le rogó a Harry que se devolviera a la casa y al escuchar el tono desesperado de la bruja, Ginny le exigió que fuera, que no se preocupara y que su amiga era más importante.
Todo estaba fríamente calculado.
Eso le daría al menos día y medio para pensar en qué otra excusa poner, pero ya no se le ocurría nada y estaba empezando a considerar decirle que lamentablemente, le habían contagiado la Viruela de Dragón¹.
Gracias al cielo Draco lo sacó de su conflicto mental, estaba a nada de volverse loco y de seguro que hablarlo con su mejor amigo le haría sentir mejor.
—Ginny y yo somos pareja —soltó sin más.
Silencio. Silencio por siete segundos antes de que Draco empezara a reír en alto y sin restricciones, sólo soltando profundas y sentidas carcajadas mientras se retorcía en el sillón pataleando a la nada.
Harry bufó y se cruzó de brazos molesto. Bueno, no esperaba menos, cada vez que él se recordaba de que por fin tenía novia también sentía algo divertido, pero aún así tuvo la esperanza de que él lo tomara aunque fuera un poquito enserio.
Cuando Draco dejó de reír por completo y le miró con una sonrisa, mostrando cómo sus ojos se entrecerraban por el acto creando medialunas con ellos y haciendo que sus mejillas se vieran más grandes, Harry supo que sí él fuera gay, definitivamente Draco sería su tipo.

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Estrechez
FanfictionHarry está sexualmente frustrado. Aceptó el dejar de pensar en el sexo como algo prioritario para salir con una chica de manera formal, correcta. Cuando finalmente es novio de Ginny y deciden tener relaciones, él no está feliz de que ella no sea pr...