Capítulo V: El quiebre de mi vida

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 Elizabeth

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 Elizabeth

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La muerte es impredecible, nos sucederá a todos incluso si intentamos evitarlo. Nunca sabemos cuándo llegará el momento en el que nuestro corazón dejará de latir, ni mucho menos sabremos cuál será la oportunidad indicada para despedirnos de los que más amamos.

Es cierto que nada dura para siempre, y la vida es un claro ejemplo de ello. Y aunque es doloroso, es el destino ya señalado desde el nacimiento.

Sin embargo, aunque soy consciente de que la muerte llegaría a mi vida en cualquier momento, es demasiado difícil afrontarla, desearía haber sido yo en su lugar y permitir que esa flecha atravesara mi cuerpo y no el de ella. Se supone que fallecer es lo último que hacemos, debemos aceptarlo y marcharnos en paz, pero la forma en la que mi madre partió de este mundo no fue adecuada, así no debió morir... Quería que, sí la muerte tocara a su puerta, ella se fuera feliz y sin arrepentimientos, pero hoy en esta tarde gris, se ha marchado inundada de dolor, incertidumbre y tristeza.

Trato de ser fuerte, porque no tengo otra opción. Limpio las lágrimas que se desprenden de mis ojos y observo por última vez su cuerpo que permanece inmóvil y sin rastro de la alegría que emanaba este ser que me trajo a la vida y que, no obstante, dio su vida por mí.

—Adiós... mamá —me despedí con un nudo en la garganta y una presión enorme en el pecho. Me levanté con cuidado sintiendo cada una de mis extremidades temblar, caminé lentamente hacia las escalas interiores de lo que ahora es un hogar devastado y comencé a bajar los escalones lentamente.

La sangre se desprende de mi túnica y al ver ese rojo intenso miles de recuerdos me invaden, recuerdos en los que estaba feliz con mis padres. Sé que ya no será lo mismo de antes, la felicidad que ha habitado en mí todos estos años se ha esfumado en tan solo cuestión de minutos, y se ha abierto una herida que será muy difícil sanar.

El olor a humo invade mis fosas nasales y comienzo a sentirme mareada, el calor se vuelve intenso a medida que bajo y es una clara señal de que algo malo sucede en la taberna. Ahora solo me queda encontrar a mi padre y huir a la tribu de los... ¿Concédants? Aunque pensándolo bien ¿de qué sirve huir? ¿de qué sirve intentar salvar mi vida si ya no tiene sentido?

Cuando llego a la primera planta quedo aterrada, todo es un caos, el fuego consume todo a su paso. Las sillas, las mesas, el suelo, absolutamente todo se está quemando porque es madera, y las cervezas que guardábamos en la estantería ahora aceleran ese proceso de propagación del fuego.

—¡Hemos acabado con estos brujos! ¡Qué viva nuestro Dios todo poderoso y que se jodan esas escorias servidoras de satán! —aclaman los guardias desde las afueras de la casa.

—¡Subamos al segundo piso, allí está la hija de la bruja!

Sus amenazas ya no hacían tanto efecto en mí, ya me quitaron a lo que más amaba en este mundo, ya no me importa lo que pase con mi vida. Solo debo encontrar a mi...

Alma OscuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora