Elek
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La celebración que se llevaba a cabo en la tribu fue suspendida debido a la desaparición inesperada de Elizabeth. Todos regresaron decepcionados a sus cabañas y los niños se negaban a retirarse del lugar ya que querían seguir jugando y comiendo sandía, fruta que consideramos sagrada. Por otro lado, los líderes han comenzado a preparar a un grupo de Concédants guardianes, los cuales tienen como objetivo principal encontrar a la muchacha y traerla de vuelta.
—Lo más probable es que vaya rumbo al pueblo de Conques, si el plan del ser oscuro es incitarla a vengarse ese es su próximo destino —supuso mi padre rascando su barbilla pensativo.
—Entonces es allá a donde iremos, tendremos mucho cuidado y nos aseguraremos de traerla —respondió Bastely, quien es el superior entre los guardianes.
—Yo quiero ir con ellos —irrumpí en la conversación y todos negaron con la cabeza, incluyendo mi padre, quien me fulminó con la mirada. Sin embargo, insistí en acompañarlos.
—Basta, no permitiremos que vayas, es muy arriesgado. Hijo, te ordeno amablemente que te retires y te quedes en tu cabaña —me ordenó mi padre, mantuve mi mirada firme y no retrocedí con mi decisión.
—Elek, los guardianes lo solucionaran. Bastely es muy ágil, él puede traerla en cuestión de minutos —Lumiére apareció con una sonrisa en su rostro pero yo solo la miré enojado.
Decidí marcharme de ese lugar, pero ni loco regresaré a la cabaña sin hacer nada, yo mismo iré a buscar a Elizabeth porque soy capaz de hacer lo que sea por ella. Se que aún hay esperanza, solo debo evitar que tome la mano de ese ser oscuro y luego de eso me esforzaré en hacerla feliz y de darle una buena vida...
Me escabullo entre los arbustos asegurándome de no ser visto por nadie de la tribu, al hacerlo continuo caminando siguiendo un pequeño sendero que lleva hasta la barrera que nos protege del ojo humano. Mi intención es salir de la tribu para buscarla, y no me importa si tengo prohibido hacerlo.
Cuando el sendero llega a su fin, me detengo inseguro. La barrera está frente a mí y produce pequeños destellos de luz que solo los Concédants podemos ver para saber que este es el límite de nuestro territorio, y que lo que hay más allá, es zona de humanos.
Extiendo mi mano tembloroso, hace mucho tiempo que no salgo de la tribu y cuando lo hice, casi muero en las manos de un hombre cazador. Mi respiración se descontrola al recordar ese momento traumático de mi infancia pero trato de llenarme de valor y continuo.
—No creo que puedas sobrevivir allí solo, eres un poco cobarde para eso —la voz de mi hermano hizo que me detuviera asustado (más de lo que ya estaba).
—No sé qué haces aquí, pero no impedirás que vaya a buscarla —me di la vuelta y los dos quedamos frente a frente.
—En ningún momento dije que te detendría —respondió formando una sonrisa abierta, dejando a la vista sus dientes alineados y totalmente blancos —. Elizabeth ha tomado una mala decisión, pero como hija de Diana, pienso ayudarla, y soy más útil que el resto de Concédants guardianes.
Quedo totalmente sorprendido con su respuesta y le agradezco por decidir ayudarme. Los dos cruzamos la barrera casi al mismo tiempo, al principio esta nos lo impidió, pero luego de varios intentos lo logramos. Ahora estamos en el exterior, y la lluvia cae con brusquedad sobre nosotros empapándonos al instante.
—Es sorprendente el cambio de clima ¿no crees? —comenté.
—No hay tiempo para esto, Elek. No tienes idea del sistema de seguridad mágico que implementó nuestro padre. Cuando alguien cruza la barrera sin autorización, nuestros espíritus protectores se lo informan a él. Quizás ahora ya sabe que hemos cruzado, y si quieres encontrarla debemos darnos prisa. Estar en el lugar de los humanos no es tan divertido como crees.
Comprendí sus palabras y comenzamos a caminar sintiendo la humedad bajo nuestro pies, debemos ser cuidadosos de no tropezar ya que todo está oscuro, por lo que nuestra vista es casi nula.
—¿A dónde creen que van sin mí?
—¡¿Quién está ahí?! —pregunto alterado luego de haber escuchado esa misteriosa voz.
Una luz se mostró frente a nosotros y de pronto, el rostro de Scarlett quedó a nuestras vistas. Mantiene sus manos cercas evitando el roce, permitiendo que una esfera de luz se forme entre estas.
—¿Qué haces aquí? ¿Cómo sabías que...? —mi hermano está igual de confundido que yo.
Ella trae una vestimenta un tanto inusual, porta unos pantalones holgados y con manchas de tierra, y también un abrigo del mismo color, creo que ese es su uniforme como cultivadora en la tribu.
—Estoy muy preocupada por Elizabeth, quiero traerla de vuelta. Le pedí al líder Kadey que me dejara ir con los Concédants guardianes, pero como era de esperarse no lo permitió, y dijo que me retirara.
—También me dijo lo mismo, bueno, no nos vendría mal tu ayuda. Además, con tu luz puedes guiarnos —le dije formando una sonrisa forzada, en estos momentos, la preocupación que habita en mí no me da paz mental, solo puedo pensar en que Elizabeth se encuentre bien.
—No puedo permitir eso, es arriesgado que vayas. —se interpuso Aleksei con inseguridad.
—Sabes perfectamente que puedo defenderme, Aleksei —dijo ella.
Los dos se sonrieron mutuamente, lo que me dejó un poco confundido al respecto, pero decidí centrarme únicamente en este rescate.
Si continuamos a pie tardaremos horas en encontrarla, por lo que Aleksei y yo decidimos traer a nosotros nuestra forma de animal. Ambos nos convertimos en siervos blancos para así, facilitar el recorrido. Scarlett se subió en el lomo de mi hermano y con su magia trajo luz a este oscuro bosque que igual se encuentra desolado, y solo se oye el sonido de una lechuza.
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Alma Oscura
FantasySu mundo solía ser tranquilo y hermoso junto a los que la rodeaban, pero la oscuridad ha arrasado con todo dejando su alma vacía y su corazón destrozado. Cuando intenta ser fuerte ante tal desgarrador suceso, su espíritu pierde la esencia que la ca...