Llegamos a una casa pequeña, pero enorme de terreno, tenía ese estilo tipo europea por el diseño, haciendo juego con el pequeño pueblo que se encontraba a unos kilómetros de aquí, justo donde Hipo se detuvo a comprar un poco de pan.
Jamás pude imaginarme, ni siquiera en mis tontos y vagos sueños que este pueblo estaría cerca de la ciudad, es que no me lo creo. Parecía niña pequeña, al quedar deslumbrada por este hogar tan peculiar.
—Vaya, de verdad hay poquita gente—. Mencione al observar un solo auto.
—Si muy poca, te dije que era algo íntimo—. Baja del carro, le da la vuelta y para poder abrir mi puerta y la de Axel. Tomo la mano de mi hijo y caminamos hasta la entrada de la casa.
Yo estaba un poco ansiosa de esta reunión, pues no sabía que era lo que me esperaba. Mi hijo a comparación, se encontraba tranquilo, lo heredó de su padre, Nash.~Flashback~
—¡Amor!—. Me saca de mis pensamientos y lo volteo a ver. Nos encontrábamos en nuestro pequeño departamental, parados en medio de la sala. La preocupación me invadía, estaba mi cabeza en blanco, pero no del todo ya que se venían cosas gigantes con la llegada de un bebé a nuestras vidas. Claramente estaba preocupada, no podía creer lo que estaba pasando, pues yo no quise formar una familia o bueno no anteriormente, claramente por todo lo que pasé. Sé que la situación era distinta, en ese aspecto, no estaba preocupada, sin embargó, éramos muy jóvenes para tal responsabilidad.
—¿Qué vamos hacer Nash?—. Le cuestioné preocupada—. No tenemos dinero, no hemos acabado la universidad y...y tenemos un bebé en camino...—. Me toma entre las manos y me limpia mis lágrimas con delicadeza y besa mi nariz con ternura.
—Pequeño tomate bobo—. Lo miro con asombro—. Te daré la vida que mereces y...—. Se agacha y besa mi vientre que aún era plano, sin estrías, ni imperfecciones—. A nuestro pequeño frutó—. Suspira—. Ojalá saque tu valentía, y tu cabello rojo y rizado—. Se levanta—. Imagínate...tener un tomatito en nuestras vidas sería precioso, aunque si sale con mi color de cabello, sería asombroso—. Sonrió y él me abraza—. Todo estará bien, te lo prometo mi hermosa Mery—.
~Fin del Flashback~
—¡Voy!—. Abren la puerta. Tomo con un poco de fuerza la mano de mi bebé.
—¡Por fin llegas!—abrí mis ojos al ver a una peli blanca—¡No puede ser!—. No he sido la única que se ha quedado asombrada.
—Vamos Elsa, solo déjalo...— detrás de él era un peliblanco que de igual manera, a quedado anonadado con mi presencia. Ambos agachan la mirada viendo a mi pequeño.
—¡Amor por favor solo dejalo!—se asoma una rubia de ojos verdes—¡Viniste!—. Era Rapunzel—. Corre para poder abalanzarse sobre mi. Me abraza con fuerza y yo a ella, veo como Hipo jala con cuidado a Axel para no ser tumbado por estos actos de emoción.
—No lo puedo creer—. Voltea—¿es él?—asiento ligeramente y ella lo abraza—Hola, soy tu tía Rapunzel, pero dime Zel, es más corto. Sonrió ligeramente y ella se incorpora a su postura recta
—Wow, ¿está es tu casa?—. Pregunté y en eso salieron más niños, los que vi aquel día en la oficina.