Pov Hipo,
Me encontraba en la oficina checando papeles, viendo lo de los inversionistas, tenía mucho trabajo, pero se me hace poco por la organización que le había dado Merida a los papeles que necesitaba para hoy y mañana. Me recargo de mi silla, y coloco mi dedo índice en mi cien, estaba muy estrazado sólo quería llegar a casa.
—Señor—me habla mi recepcionista, ya que por ahora ella atenderá mis llamadas aquí en la oficina mientras Mery...sale de su embarazo—.
—La señorita Dumbrog está en el teléfono—le doy una señal de que salga para contestar.
~Llamada~
—¿Bueno?—
—Es increíble que no tengas nada de carne, ni de vegetales en tu cocina—sonrío ligeramente al escuchar aquellos quejidos.
—No tengo tiempo de cocinar, siempre estoy en el trabajo—expresé acomodándome para seguir firmando papeles y escribir en la computadora.
—Eso me suena a que el señor pretextos no sabe cocinar, te mandaré una lista de cosas que tienes que traer para la casa y para la cena—me quedo pensativo al escuchar aquellas palabras.
—¿Merida sabes cocinar?—se escucha un bufido del otro lado haciendo que me saque otra sonrisa pero está un poco más amplia.
—Claro que se cocinar, tuve que aprender—se escucha una risa de un niño detrás de ella—Axel no te subas en chimuelo—río al escuchar aquella queja—. No llegues tarde—cuelga.
~Fin del mensaje~
Dejo el teléfono aún lado y me recargo de la silla, sonrió de lado. No podía creer que Merida había regresado a mi vida pero de una manera muy distinta a lo que siempre me había imaginado encontrarla. Sin embargo, no puedo creer que me quede estancado, esperándola, ella no lo hizo y entiendo sus motivos.Deje todos los demás para continuarlos mañana, sería un día más ligero que el de hoy, sonó mi celular y era un mensaje de ella, con la lista que tenía que comprar. Hace mucho no iba al súper, pero esto era un buen comienzo para empezar de cero porque no necesariamente tienes que mudarte de país para poder tener uno.